Ayer fue el último día de operaciones de la sucursal de Mixup localizada en la zona comercial Morelos, en la calle Parás, entre Padre Mier y Morelos.
Las razones no las conocemos, probablemente las bajas ventas y es que la venta de música en formato físico (CD, Vinilos) y películas ya no es negocio.
Para bien o para mal la tecnología se ha apoderado de la industria musical y ahora resulta más cómodo entrar a Spotify o YouTube y desde ahí disfrutar la música.
El Mixup de Morelos era un lugar mágico para los que nos decimos melómanos: era una verdadera experiencia entrar a la tienda y buscar y buscar y buscar discos, ya sea novedades o ediciones especiales.
Incluso, si no los tenían ahí te los podían traer de otra tienda o importarlos.
Así pude conseguir el álbum debut de Syd Barrett (importado) y una edición especial, tipo libro, del primer disco de Pink Floyd, el mítico The Piper At The Gates of Down.
En diciembre acostumbraban a hacer ofertas de escándalo: de esa manera pude armar mi colección de cd’s de Pink Floyd, Led Zeppelin y Rolling Stones, así como algunos discos de otras bandas.
También vendían camisetas, libros, tazas, artículos electrónicos, películas en diversos formatos y series de televisión, incluso hasta fue punto de venta de Ticket Master.
Algo que destacaba es la atención al cliente. Recuerdo que siempre había alguien al pendiente de quienes entraban. Por lo regular todos los empleados sabían de música y te recomendaban algún disco o hasta se ponían a platicar con los clientes.
Las tiendas de Mixup continuarán, pero ninguna como la de Morelos, ahí se respiraba una vibra muy especial, hasta el lugar era mágico e histórico: el edificio La Reinera, una de las grandes construcciones que aún están en pie del brillante arquitecto británico Alfred Giles, construida justo en 1900.
En fin, muchos de estos lugares se están perdiendo, pero afortunadamente algunos otros resisten y siguen siendo refugio y fuente de material para los melómanos.
