Cada una de las propuestas musicales no se debe unir en una misma línea. Ya una década antes, sin descubrir el hilo negro de los historiadores, de los movimientos sociales, Toxodeth representa la primera banda seria. Con edición de su material en una compañía transnacional. De metal oscuro, melodías agonizantes y vocal cruzando la comedia del terror.
Se seguía picando piedra. Phases, Boykoy y Niña Violeta, de recursos para contratar un ingeniero de audio y un estudio para producir sus casettes. Eso ya lo había hecho Disolución Social, Derechos Humanos y Cabezas Podridas. En sus tocadas en el Etec, en el Factores Mutuos y en los días de colectividad. Lugares under, para un rock regiomontano de nacimiento en el pavimento.
Phases realiza su video “Yo la veo” transmitido en MTV en la hora internacional, mucho tiempo antes a Caifanes, Boykot con “Casas de Arena” le brinda un espacio en Stereo 99 y Niña Violeta con “Niña Creída”, sus públicos se centran en San Pedro, en el Privatt, los días del estudiante en la UDEM, y demás antros del centrito.
Acarnienses, los herederos de San Petrinos, intentan apostar por un rock alternativo. Mareados por el éxito de Caifanes, Maldita Vecindad, Neón, Fobia y Los Amantes de Lola, intentan avecindarse en el Distrito Federal, con tan poco impacto hasta regresar a Monterrey a continuar en la talacha.
Cabrito Vudú hace sus performance en la Facultad de Artes Visuales. Escandalizan al alumnado con su actitud transgresora. Por las alumnas a medio vestir o mientras el narrador Macedonio González toma comunión por el culo en el área de artes plásticas.
No existió la avalancha regia. Sino la talacha.
Para los recién nacidos Café Iguana y La Tumba, nunca antes hubo una oportunidad mejor.
Herederos de Phases, Boykot y Niña Violeta resultan los Acarnieses, los Koervoz de Malta, Control Machete, Plastilina Mosh, Zurdok Movimiento y Jumbo. Comparten sus sueños del otro lado de la Loma Larga. Se foguean en San Pedro. En la UDEM y en sus antros con aromatizante caro.
En Monterrey, los hijos de Disolución Social, Cabezas Podridas y Derechos Humanos; en este orden: Cabrito Vudú, El Gran Silencio y la emergente Verbena Popular, más próximas a DRI, Celso Piña, Quetzalcóatl y al Tropical Panamá, al Piporro y a Arturo Meza.
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Toxodeth le hereda su magia negra a Coprofagia, su furia. Inspector aborda en el Iguana a Café Tacuba. Les hace entrega de su demo. Hace la talacha de un representante.
Mamíferos Habituales experimentan en el Café Infinito y ofrecen escenas de virtuosismo musical.
La avanzada regia es una tontería.
La misma etiqueta de “Rock en Español” a Miguel Mateos, Soda Stereo, Los Toreros Muertos, Hombres G, Enanitos Verdes, Mecano, Miguel Ríos, Charly García, Los Fabulosos Cadillacs.
La talacha regia nunca ha realizado un homenaje al primer rockero exitoso a nivel nacional, con letras de su autoría y presentaciones con llenos. Reventando las listas de Notitas Musicales. Un tal Ricardo Luis González, Ricky Luis, el dueño de la “Gorda de la Esquina”, “Tengo un mes con el mismo pantalón” y la pecadora “Pinche Perro”.
La “Talacha” solo mantiene vigente a El Gran Silencio e Inspector, ya no como teloneros, sino acompañantes de festivales tumultuosos y aglutinantes.
Como bien lo describió Charles Darwin: descendencia con modificación, la idea de que las especies cambian a lo largo del tiempo, dan origen a nuevas especies y comparten un ancestro común.
Eso sucede con la música generada en Nuevo León.
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