Pearl Jam, hoy banda que casi alcanza la etiqueta de “legendaria”, tuvo un inicio de carrera de alta impacto. Desde su álbum debut, Eddie Vedder y compañía lograron llamar la atención de propios y extraños gracias a un primer disco fascinante, lo cual continuó con los materiales siguientes; aunado a esto, la banda era brutal en sus conciertos, manteniendo una actitud comprometida con sus fans y con sus ideales, lo cual los llevó a algo impensable: un duelo frontal y directo contra Ticketmaster.
A mediados de los 90’s, Pearl Jam se embarcó en un duelo legal contra Ticketmaster.
En efecto, en mayo de 1994, Pearl Jam se enfrentó legalmente contra la empresa boletera, debido a que ésta, según el pensamiento de los integrantes de la banda, inflaba los precios de los boletos de sus conciertos, en perjuicio de sus fans, argumentando además que Ticketmaster prácticamente dominaba todas las plazas estadounidenses, siendo éste un claro monopolio que les afectaba a ellos y al resto de agrupaciones y artistas, aunque muy pocos o casi ningún artista les secundó.
El proceso legal se dio y llegó a las más altas esferas sociales y políticas de Estados Unidos. Pasaron meses de diligencias y sesiones judiciales hasta que los tribunales juzgaron que no había elementos suficientes para sancionar a ticketmaster. El asunto no quedó ahí, ya que este hecho llevó a Pearl Jam a bajar considerablemente su actividad en vivo, reduciendo considerablemente sus conciertos, hasta casi por debajo de la mitad de su ritmo normal. La banda se aferró a sus ideales por una temporada, siguiendo con su “Guerra Santa por el Rock”.
El tiempo pasó y el asunto se fue perdiendo en el olvido. La banda continuó con su paso ascendente y su actividad en vivo volvió a la normalidad. Tal vez terminaron por asumir que el rock además de ser una pasión, una forma de vida y toda una cultura, es también un negocio, le duela a quien le duela.
En la actualidad Ticketmaster sigue haciendo de las suyas aliado de grandes empresas del entretenimiento cobrando gastos excesivos por la famosa comisión por boleto, obligando al usuario a pagar un alto porcentaje extra por comprar los boletos con la famosa boletera.
Y la culpa no es del artista, ya que muchas sedes de conciertos tienen pactadas alianzas con Ticketmaster, otros venues tienen boleteras diferentes con menos comisión del servicio.
En Monterrey los recintos y festivales que operan con Ticketmaster son: Auditorio Pabellón M, Auditorio Citibanamex, Festival Tecate Pa’l Norte, Tecate Live Out, Beyond Wonderland entre otros.
La cantante Taylor Swift también se ha levantado contra la boletera con base en California por realizar practicas engañosas con los clientes, sin duda el caso de Ticketmaster da mucho de que hablar y muy seguramente habrá miles de casos que han sido silenciados por la industria del entretenimiento para favorecer a Ticketmaster.