Lamb of God llegó desde Richmond, Virginia, para mostrar lo que es el Death Metal.
La multitud que ya estaba acomodada en frente del Corona Stage esperaba a que terminara Carcass para que empezara el concierto de Lamb of God, y llegó la banda dándonos un paseo por el inframundo con “Walk With Me In Hell”. Desde que empezó se formó un mosh pit, que fue creciendo de canción a canción. Siguió la banda con “Ruin”, acelerando su ritmo todavía más, y después “512”, del último álbum VII: Sturm und Drang.
El vocalista Randy Blythe se echaba agua sobre sus rastas, tomaba un poco y escupía y luego echaba las botellas hacia el público de forma constante. Con “Engage the Fear Machine” se tranquilizó la gente un poco, pero tan pronto como tocaron los clásicos, toda tranquilidad salió por la ventana, rompiéndola en miles de pedazos. “Now you’ve got something to die for” fue acompañada por imágenes fuertes, de soldados que murieron por su país, Estados Unidos. Nada explícito, pues eran fotos normales de ellos con su fecha de muerte, pero ahí se veía una protesta contra la guerra.
Con el principio de “Vigil”, hubo un momento de calma, hasta que entró el coro y despertó de nuevo la energía que tienen solamente los metaleros verdaderos. Después de Vigil, Lamb of God tocaron “Laid to Rest”, y con esta hubo ya mosh pits por todos lados, chicos y grandes, y Randy Blythe le dio todo lo que podía de esfuerzo y creó una experiencia inolvidable. Terminaron con “Redneck”, y a pesar de que el siguiente en tocar era Twisted Sister en su última presentación de toda la historia, no se movía la gente.
Cabe mencionar que Lamb of God es un grupo que muchos regios llevaban mucho tiempo queriendo ver. A mediados de los 2000 iban a venir a Monterrey pero cancelaron al último minuto, y fuera de conciertos en otras de las ciudades grandes con festivales, nunca hubo oportunidad de verlos en Monterrey, por lo que muchos fanáticos finalmente se sintieron realizados respecto a la banda.