Únete a nuestra Comunidad de WhatsApp
jonathan-bree-monterrey

Xoja

Jonathan Bree: ¡I´m not a robot!

Este concierto se realizó en el Nodriza Estudio, un espacio de la escena alternativa e independiente en Monterrey. Eran las diez de la noche cuando llegué al lugar. Afuera fumaban y conversaban. Subí las escaleras. Al entrar tuve la sensación de quien ha llegado con demasiada anticipación a la fiesta. Al fondo tocaban los teloneros. … Leer más

Conciertos, Jonathan Bree, Lobia, Nodriza

Este concierto se realizó en el Nodriza Estudio, un espacio de la escena alternativa e independiente en Monterrey.

Eran las diez de la noche cuando llegué al lugar. Afuera fumaban y conversaban. Subí las escaleras. Al entrar tuve la sensación de quien ha llegado con demasiada anticipación a la fiesta. Al fondo tocaban los teloneros. Las personas eran escasas y estaban dispersas; las cervezas aun calientes. Cuando la banda terminó su participación comenzaron a preparar el escenario para Jonhy y su banda (como suelen llamarle los fans).

Te puede interesar: Explosivo show de Cage The Elephant en Tecate Live Out

A las once en punto comenzaron a salir detrás de la manta que servía de fondo, uno a uno, los integrantes; cinco figuras espectrales de máscaras blancas, entre ellos Jonhy, la figura de más de metro noventa, de tirantes, cuerpo menudo y peluca de casquete corto.

Se colocaron en sus lugares, inmóviles, y de pronto parecieron tener aliento. El setlist elegido fue un recorrido por sus discos, las canciones que el público esperaba: “You´re so cool”, “Say you love me too”, “Valentine”, “Sleepwalking” sonaron. Nos dejamos abrazar por su pop sombrío, melancólico y directo.

jonathan-bree-4

Te puede interesar: LP cautiva en el Tecate Live Out 2019

¿Are you a robot? Me pregunté. Hubiese querido preguntárselo. Sólo así, como un ente ajeno a mi naturaleza, me imaginaba aquel personaje, en ese universo paralelo, personal, privado de todo orden natural de las cosas. Fue un show diferente a todos los que había visto, un concierto sin interacción con el público. Todos estábamos ahí, cercanos y tan lejanos, tan fuera de la máscara, pero quizás con los sentimientos descubiertos.

La única interacción que Jonathan tuvo con el público fue el momento en que deshojó un ramo marchito de rosas y se lo arrojó al público. Un gesto de gratitud, imagino.

Aquel show-performance, bien podría haber sido digno de un escenario en un teatro o museo, por su carácter conceptual y por tener al cuerpo como objeto, como instrumento para llevar a cabo el propósito sui generis, en el que la melodía, el ambiente y la experiencia pesan más que el mismo cuerpo.

El ritmo lento, las melodías y los movimientos coreografiados a compás de dos tiempos daban la sensación del vaivén del péndulo en la oficina del psicoanalista. Después de treinta minutos de estoicismo, los fans parecían, por fin, haber despertado de la hipnosis.

En realidad creo que nunca los escuché cantando a coro, apenas se meneaba y de vez en cuanto uno gritaba; parecían absortos.

Aquello era un ambiente íntimo, emotivo, pero con una solemnidad sin porqué. Quizás fue aquella cercanía que nos permitía el escenario, esa proximidad de quien examina a detalle una estatua en el museo, sin reparar en la mirada inquisidora del que se siente observado y que te mantiene concentrado. Quizás.

Mientras recorríamos cada una de sus canciones, me esforzaba de tanto en tanto, por recordar que detrás de la máscara había a un individuo interpretando un personaje; y parecía estar tan ensimismado y concentrado en mantener el ritmo inalterable de su papel que todos ahí parecíamos ajenos.

jonathan-bree-2

Y me preguntaba ¿qué pensará Jonhy?, ¿cómo nos verá desde la máscara? ¿vibrará con nosotros? Su interpretación respondía a mis preguntas. Fue exquisito.

Terminaron el show y se retiraron sin decir palabra, solo hicieron unos gestos con las manos como lanzándonos besos. Las luces se encendieron mientras resonaba “Cant Help Falling in love” en voz de Elvis Presley.

Minutos después fuimos sorprendidos por dos figuras que atravesaban el lugar a paso lento, tomados de la mano, llevados por alguien del staff. Eran Jonathan y la chica que canta con él. Salían para firmar autógrafos y tomarse fotos con los fans. Yo me fui a casa.

Deja un comentario