El concierto que The Rolling Stones dieron en Monterrey el 1 de marzo de 2006, fue un fracaso en taquilla pero un espectáculo memorable.
Si hablamos de gigantes y leyendas vivientes del rock, inmediatamente tenemos que pensar en The Rolling Stones: más de 60 años de existencia, casi 40 discos (estudio y en vivo, sin contar sencillos ni recopilaciones), monstruosas giras, escándalos, éxitos, fracasos, hacen de “Sus Satánicas Majestades” una de las agrupaciones más grandiosas e influyentes de todos los tiempos.
Rolling Stones en Monterrey
El 24 de octubre de 2005 se hizo el anuncio oficial de que Rolling Stones harían escala en suelo regiomontano, dentro del marco de su gira “A bigger band”; la cita sería el miércoles 1 de marzo de 2006, en el Estadio Universitario.
Desde el principio las cosas no pintaban tan bien: no se percibía tanta algarabía en la ciudad, cosa rara para el tamaño de la banda que estaba por venir; además de lo anterior, casi al mismo tiempo se anunció que U2 se presentaría el 12 de febrero en el Estadio Tecnológico, anuncio y evento que definitivamente opacaron a Mick Jagger y compañía.
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La fecha se acercaba y la venta de boletos para la tocada de los Rolling Stones iba baja (muy baja), incluso se llegó a decir que podría darse un cambio de recinto o hasta una cancelación del evento, pero todo quedó en eso. Ante esta situación se empezaron a regalar boletos en distintos medios de comunicación y algunas localidades bajaron de costo, esto ayudó un poco a que el fracaso no fuese mayor.
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Llegó el miércoles 1 de marzo: al parecer los Rolling Stones estaban de muy buen humor, ya que decenas de personas fueron a recibirlos al aeropuerto un día antes, los cuales los escoltaron en caravana hacia el hotel.
Los preparativos en el Estadio iban bien, en tiempo. Se montó un escenario enorme, con pantalla gigante y gigantescos adornos a los lados, además de que se colocó una pasarela que iba desde el escenario (ubicado en la cabecera sur) hasta la cabecera contraria.
Rolling Stones tuvieron un fracaso en taquilla en Monterrey, pero dieron un concierto maravilloso
Poco a poco la gente empezó a llegar y a las 8 de la noche se veía una buena entrada en las gradas del Estadio Universitario, pero el área de cancha estaba casi vacía
Cabe resaltar que la cancha se dividió en 3 secciones (las más costosas, claro), en las cuales había sillas con servicio de meseros vestidos de “pingüino”, cosa que no iba ad hoc con el evento.
Se dice que ante los numerosos espacios vacíos, los organizadores optaron por regalar boletos afuera del estadio, en las taquillas y en algunas facultades de la Universidad.
La encargada de abrir el concierto fue ni más ni menos que Alejandra Guzmán, grave error: la rechifla y gritos nada agradables hacia ella fueron notorios, ni siquiera el haberse quitado las pantaletas sobre el escenario le ayudó a ganarse el público y después de 30 minutos de show se fue con más pena que gloria.
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El público, que según cifras oficiales llegó 32,000 personas (cifra claramente maquillada), se encontraba ya muy ansioso por ver a los Rolling Stones pero se empezaron a presentar problemas técnicos que retrasaron el show por poco más de una hora. Finalmente, ya cuando la chifladera era casi generalizada, las luces y la música de ambiente se apagaron anunciando que Mick Jagger, Charlie Watts, Ronnie Wood, Keith Richards y compañía, “Sus satánicas majestades”, estaban sobre el escenario.
¡Y los Stones iniciaron con todo! “Jumpin’ Jack Flash”, “It’s only rock and roll” y “You got me rocking” fueron el trinomio de apertura del show. Mick Jagger se presentó en español y se disculpó por la tardanza, para dar paso a, “Oh No, not you again” y “Tumbling Dice”; después de esto, llegó uno de los momentos más emotivos de la noche, los acordes de “Angie” levantaron una oleada de suspiros y el coro del público no se hizo esperar.
“Rain Fall Down”, canción del disco nuevo sonó de maravilla y se dio la primera sorpresa de la noche, el fantástico blues “Midnight Rambler” se escuchó magistralmente, continuando con un clásico de clásicos “Gimme Shelter”.
Después de esto Keith Richards se encargó de la voz para continuar con “This place is empty” y “Happy”, en un momento sumamente conmovedor por la sorpresa de Keith ante la ovación que recibió del público.
De repente, empezó a sonar esa exquisita línea de bajo de “Miss you” y el ritmo firme y contundente de Charlie Watts (bautizado por Mick Jagger como “El rey de la música norteña”) y parte del escenario fue empujada por decenas de personas del staff, para hacer avanzar a los Rolling Stones entre el público hasta ubicarse en la cabecera contraria, causando el alarido generalizado. En ese escenario alterno tocaron “Rough Justice”, “Get off my cloud” y “Honky Tonk Women”.
Ya de vuelta en el escenario principal sonó “Sympathy for de Devil”, momento curioso el ver a miles cantando esta canción con la señal de la cruz en la frente, puesto que era “Miércoles de ceniza”.
La parte final llegó con “Start me up” y “Brown Sugar”, momento en el que los Stones se despidieron, pero regresaron para hacer el encore con la emotiva “You can´t always get what you want” y “Satisfaction”, cerrando de esta manera con broche de oro un concierto memorable.
¿Volverán alguna vez a Monterrey los Rolling Stones?
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