Grandes conciertos de rock se han vivido en Monterrey como el de Queen, The Cure, Rolling Stones, Roger Waters en el Estadio Universitario, U2 y Bon Jovi en el Tecnológico, el primer concierto de Soda Stereo en la ciudad, los grandes festivales también, pero también en los “escenarios pequeños” se han vivido grandes shows, uno de ellos es el de Rammstein.
El 6 de agosto se 2001 marcó la primera presentación de la banda alemana en la ciudad, la cual se realizó en el Escena, antro que estaba ubicado en el Centro de Monterrey y que cerró sus puertas durante la pandemia para ser demolido.
La esperada presentación de Rammstein estaba inicialmente programada para el día 2 del mes mencionado, pero se cambió al día 6 por cuestiones logísticas.
La expectación era enorme a tal grado que la respuesta del público superó las estimaciones de los organizadores y los boletos “volaron”, solo 2 mil fueron los afortunados que pudieron conseguir una entrada.
Días antes del concierto, los integrantes de la banda se dieron el tiempo de realizar una firma de autógrafos en la tienda Saharis de Galerías Monterrey, a la cual accedieron cerca de 700 fans.
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El día llegó y la fila de fans se formó afuera del Escena desde temprana hora, buscando el mejor lugar para presenciar el incendiario show de Rammstein.
La banda alemana no se anduvo con contemplaciones y desde que se plantaron en el escenario frente al público lo dieron todo, derrochando potencia, técnica musical y una producción explosiva.
Por espacio de una hora y 45 minutos sonaron una veintena de canciones de los discos “Herzeleid”, “Sehnsucht” y “Mutter”, éste último el que los alemanes estaban promocionando.
Fuego, performance’s de alto impacto, guitarras distorsionadas, contundente base rítmica y mucha, mucha adrenalina, fueron los elementos que se conjugaron esa noche en el Escena, con la interpretaciones de canciones de la talla de “Adios”, “Mutter”, “Asche zu Asche”, “Du hast”, “Engel”, “Sonne”, “Ich will”, entre otras.
La “frialdad” de los alemanes se rompió al término del show, cuando Till tomó una bandera de México y se aventó un grito de “Viva México”, causando el furor de los fans regios, cerrando de manera emotiva un concierto que permanece como uno de los más intensos que se han vivido en Monterrey.