El reciente documental The Wall, de Roger Waters, es uno de los mejores documentos audiovisuales del rock.
Roger Waters es una de las mentes más brillantes que ha dado el rock: ambicioso, agudo, de ideas profundas e innovadoras, siempre buscando crear conceptos que vayan más allá de la música. Es el creador de algunas de las obras conceptuales más grandes ya no sólo del rock, sino de la música popular de los últimos tiempos, como “Dark Side of the Moon”, “Animals” y “The Wall”.
Fue precisamente esta última la idea que Roger Waters llevó más lejos, a terrenos alucinantes y descabellados, haciendo no sólo un disco, sino una película, una puesta en escena y una gira de conciertos nunca antes vista, que implicaba la construcción de un muro entre el público y la banda. De 2010 a 2014, el bajista de 72 años retomó “The Wall” para emprender una monstruosa gira en la que volvía a realizar el majestuoso show, pero ahora con los últimos recursos tecnológicos y fue esto lo que motivó un documental producido por el mismo Waters y Sean Evans.
Este rockumentary es, en verdad, un documento audiovisual impactante, soberbio y sumamente emotivo. La fotografía es perfecta, bellísima; el ritmo es intenso y atrapa de inmediato. El detalle de este filme es que no se trata sólo de un documental sobre una gira o sobre cómo se producía cada uno de los shows, sino que implica un viaje del mismo Roger Waters hacia el pasado, un viaje a través del recuerdo de su padre y su abuelo, ambos fallecidos en combate durante la Segunda y Primera Guerra Mundiales, travesía que lo llevó al memorial de los caídos de la Guerra, a Francia e Italia. Es conmovedor e impactante ver a un Roger Waters llorar, mientras lee una carta que le enviaron a su madre, notificándole del fallecimiento del padre del músico.
Todo esto, teniendo como base las presentaciones de the Wall por diversas ciudad, siendo estos shows de los más majestuosos que se han realizado en la historia.
Sentimientos a flor de piel, imágenes contundentes, música en vivo, pasión, tristeza y dolor es lo que “The Wall” posee, un documental que todo mundo, incluyendo los no rockeros, deberían ver.
