Así estuvo el concierto de DLD, Porter y Clubz en Monterrey
Este viernes 24 de noviembre, DLD, Porter y Clubz compartieron escenario en el Auditorio Pabellón M. Fue una noche fresca, de tráfico denso. Mientras unos se dirigían hacia el norte, impulsados por los sonidos de la música pop, con suéteres rojos, medias de colegio y corbata para asistir a la segunda noche de concierto de la banda rebelde de las tres letras; otros nos dirigíamos al centro de la ciudad, atraídos por los beats del rock para ver a DLD, Porter y Clubz en el Pabellón M.
A tiempo con el programa, unos minutos después de las nueve de la noche las cortinas del escenario se abrieron. Los regios de Clubz, la banda anfitriona, fueron los encargados de comenzar el show y calentar los cuerpos desatando los pies con una atmósfera relajada de luces ocres y rojizas, mientras en la pantalla un círculo imprimía calidez a la escena.
Al ritmo de “Nágano”, “Popscuro” y “Réplica”, el público bailó y coreo los temas, hasta que “Palmeras” despidió a la banda.
Apenas terminaron se escuchó el coro que llamaba a los siguientes:“Porter, Porter, Porter”, se escuchó.
Quince minutos más tarde las cortinas se volvieron a abrir para descubrir unas siluetas apenas perceptibles entre las luces y sombras en el escenario: eran Porter, y cantaban “Host of a Gosht”. El auditorio estalló en gritos.
Los cincuenta minutos que le siguieron a esto fueron una dosis de éxitos: primero “Murciélago”, “Pájaros” y “La china”. Luego “Galaxia”, “Himno eterno”, “Cuxillo”, “Espiral” “Mamita Santa”, y para cerrar, “Huitzul”.
No hubo “otra, otra”, aunque el público lo intentó. Sólo hubo un “gracias, Monterrey, que sigan disfrutando esta bonita noche”, y las luces se encendieron.
Así pasaron otros quince minutos y DLD apareció en el escenario para cerrar la velada con “No nos toca”, “Dixie” y “Arsénico”, la primera tercia. A esto le siguió la parte contundente y melancólica que propició abrazos y grabaciones para el recuerdo con “Almas rotas”, “Hasta siempre”, “Reencuentro”, “El mapa de tus ojos”, “Viernes” y “Mi vida”. Para terminar con “El accidente”, “Todo cuenta” y “Por siempre”.
Así se vivieron estas tres bandas, como un caleidoscopio de estilos, de luces, bailes, sonidos, colores, cantos e himnos; una buena fusión para un viernes por la noche.