Esta película aborda el duro pasado de Bruce Springsteen, sus problemas emocionales y la crisis artística que vivió entre 1981 y 1982.
El ambiente de la musica no solo posee glamour, excesos y diversión, también hay detrás historias de frustración, crisis y problemas emocionales. Es precisamente esta última faceta la que se aborda en “Springsteen: música de ninguna parte”.
Es 1981, “El Jefe” ha terminado la agotadora gira del disco “The River”, con la cual dio un paso adelante en su carrera, tanto a nivel artístico como comercial.
Sin embargo, a nivel personal las cosas no iban bien. Bruce entró en una dura crisis personal tras entrar en un estado de depresión, que generó a su vez una crisis artística.
Lidiar con los fantasmas del pasado, los monstruos de la industria discográfica, el miedo a la fama y los propios demonios personales llevaron a Springsteen a llegar al colapso.
El proceso de crear un nuevo disco se volvió así una pesadilla pero también una catarsis.
Así “Springsteen: música de ninguna parte” refleja uno de los momentos más difíciles de la carrera de El Jefe, quien enfrentó la situación con su pasión profunda por la música.
Esta película es profunda y reflexiva, muchos se identificarán con la situación que enfrentó el músico estadounidense.
Pero también es vibrante (el momento en el que Bruce y la E Street Band montan en el estudio “Born in the USA” es emocionante) y llena de buena música.
La actuación de Jeremy Allen White como Bruce Springsteen es conmovedora. Y el resto del elenco no desmerece.
“Springsteen: música de ninguna parte” es una película que no solo los fans de “El Jefe” deben ver, sino el público en general.
Es un historia inspiradora, en la que se expone que no todo esta perdido y que salir de la oscuridad sí es posible.
