La historia de los asesinos en serie posee una lista enorme de personajes, la mayoría de ellos originarios de Estados Unidos, algunos otros de Europa y contados casos Latinoamericanos, siendo escasos los de origen mexicano.
José Luis Calva Zepeda “El caníbal de la Guerrero”
Pero esto no quiere decir que no se hayan dado casos en nuestro país; sobresalen los casos de “El chalequero”, a finales del siglo XIX, Goyo Cárdenas “El estrangulador de Tacuba”, Juan Corona, “El Sádico”, o “La Mataviejitas”; pero más recientemente hubo un caso sumamente impactante que hizo eco no sólo en nuestro país, sino en el extranjero también, me refiero a “El Caníbal de la Guerrero”.
José Luis Calva Zepeda es el personaje central de esta historia; nació el 20 de junio de 1969 en la Ciudad de México. Tuvo una infancia difícil y conflictiva, viéndose esto aumentado al quedar huérfano de padre a los 2 años; ya en la juventud había abusado sexualmente de una niña, obviamente, este patrón de comportamiento inadaptado lo siguió manifestando en su vida adulta, esto a través del maltrato que le propinaba a su cónyuge, hasta que la relación terminó en divorcio.
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El Caníbal de la Guerrero se decía poeta, periodista, actor, curandero; escribió una decena de novelas, varias obras de teatro, aunque su especialidad era la poesía; de hecho se ganaba la vida vendiendo sus obras por las calles, recitando poemas y monólogos en cafés y haciendo limpias.
En total 3 fueron las víctimas del Caníbal de la Guerrero; el modus operandi era el mismo: las cortejaba a través de poemas, manteniendo un aire de misticismo, enfocándose en mujeres tímidas y solitarias. Las forzaba a ver pornografía zoofílica y tener relaciones sado – masoquistas, que incluían ritos de brujería. Después de meses de relación las mataba estrangulándolas, las mutilaba, se comía algunas partes (cocinadas) y se deshacía de los cuerpos.
Fue detenido el 8 de octubre de 2007, debido a que una señora denunció la desaparición de su hija, señalando que sospechaba del novio de ésta: José Luis Calva. La policía se dirigió al departamento de Calva, ubicado en la Colonia Guerrero (cerca del Tianguis del Chopo), éste les dio el acceso a los policías y en un descuido se quiso escapar por la ventana, cayendo del segundo piso, siendo detenido y atendido por la Cruz roja.
En este departamento la policía encontró el tronco de la desaparecida, oculto dentro de un closet, además de otras partes en el refrigerador, huesos humanos en una caja de cartón y restos de carne guisada en un sartén, la cual se comprobó que era de origen humano. Se encontró diverso material pornográfico, material de brujería, películas de contenido violento y fotocopias de sus textos.
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Después de recuperarse de sus lesiones, fue internado en el Reclusorio Oriente en espera de su proceso; en ese lugar escribía poemas que los otros reclusos le pedían para sus parejas a cambio de dinero, el cual utilizaba para comprar drogas. Finalmente, el 11 de diciembre de ese año el Caníbal de la Guerrero se suicidó, ahorcándose en su celda, utilizando para ello un cinturón. Sus familiares nunca creyeron esta versión y suponían un homicidio por parte de otros reclusos, debido a que Calva no podía pagar las cuotas que le cobraban.
De esta manera terminó uno de los casos más impactantes de la nota roja en nuestro país: El Caníbal de la Guerrero.