Uno de los crímenes sin resolver más terroríficos y enigmáticos en toda la historia es el asesinato de Black Dalia.
En la historia de la investigación criminal han quedado muchísimos casos sin resolver, crímenes en los que la habilidad del criminal y la deficiencia de procedimientos policiacos se conjugan para que esos hechos permanezcan impunes y sin certeza sobre cómo sucedieron. Uno de estos casos ha generado tal fascinación por parte de investigadores, escritores y muchísimas personas más es, sin duda alguna, el asesinato de Black Dalia.
El 15 de enero de 1947 se hizo un hallazgo macabro en una calle de Los Angeles, California, que aterrorizaría a todo ese país y posteriormente a todo el mundo: el cadáver desnudo de una mujer fue encontrado cerca de una banqueta; el cuerpo presentaba muestras de tortura: innumerables golpes en el rostro, tenía cortes a los lados de la boca, los cuales llegaban hasta las orejas, quemaduras de cigarro en varias partes del cuerpo, se le arrancó el pezón y parte del seno derecho, en un muslo se le grabó con un cuchillo las letras BD (iniciales de “Black Dahlia”), muchos cortes en el pubis, se le cortó parte del muslo izquierdo, y lo más impactante: el cuerpo estaba partido en 2, desde la cintura.
Después de realizar la necropsia se pudo confirmar que la mayoría de las heridas fueron antes de morir, que estuvo amordazada y atada de pies y manos por un lapso de tiempo considerable, que el cuerpo fue aseado antes de ser dejado en el lugar del hallazgo, y además se encontraron en el ano y vagina los trozos de piel y carne que le fueron arrancados del seno y el muslo.
Pero, ¿quién era Black Dalia?
De inmediato se logró su identificación, se trataba de la joven Elizabeth Short, de 22 años de edad, originaria de Boston.
Después de innumerables problemas de salud y familiares Elizabeth se fue a vivir con su papá a Los Angeles teniendo 19 años de edad, pero al poco tiempo se alejaría de él.
Se ha dicho que Elizabeth mantenía sórdidas relaciones con varios hombres y que su vida era tan inestable que no se quedaba en un lugar por más de 2 semanas, viviendo mayoritariamente en hoteles.
Quiso probar suerte en el mundo del cine como todas las personas que iban a Los Angeles, pero nunca logró nada, limitándose a ser modelo para fotógrafos.
El apodo de “Black Dalia” se le puso por su característica cabellera negra, que contrastaba con su blanquísima piel y sus ojos azules, además de que siempre usaba ropa interior de ese color. Se le vio con vida por última vez la madrugad del 9 de enero (casi una semana antes de que su cadáver fuese encontrado), salió de su hotel y lo único que alcanzó a decir es que iba a conocer a un caballero.
El 21 de enero, una persona confesó vía telefónica a un periódico de Los Angeles la autoría del homicidio de “Black Dalia”, en dicha llamada dio detalles sobre el caso que no se habían hecho públicos y quedó de mandar algunos “recuerdos” para confirmar lo dicho. 3 días después el asesino cumplió su palabra, y vía correo llegó un sobre que contenía papelería personal y fotografías de Elizabeth.
El 27 de enero el asesino, quien se hacía llamar “El vengador de la Dalia Negra”, se volvió a comunicar, a través de una carta, en la que decía que se entregaría a la policía el 29 de ese mes a las 10 de la mañana, sin embargo, el día pactado llegó otra carta en la que el asesino cambiaba de opinión, mencionando que no le darían un trato justo y que el crimen estaba “justificado”… jamás se volvió a comunicar.
Hubo más de 60 personas que confesaron el crimen, todas ellas eran borrachos, locos o gente ávida de atención, siendo desechados de inmediato a través de interrogatorios y labores de investigación. Nunca se pudo llegar a determinar la identidad del asesino de la Dalia Negra, quedando el caso sin resolver.