El 24 de abril de 1994, durante un festival en Monterrey, ocurrió un incidente en el escenario entre los integrantes y staffs de Tijuana No! y Héroes del Silencio.
El escenario, la mayoría del mundo lo sabe, es considerado por los músicos como sagrado; el tiempo en el que las bandas se apoderan del mismo para recetar su música es protegido con garras y dientes por los músicos, quienes no ocultan este aspecto ante organizadores, staff, medios, fans y colados.
Un incidente relacionado con esta situación sucedió en Monterrey, Nuevo León, el 24 de abril de 1994; ese día se realizaba un macro festival de rock en español, en el que participaron bandas de la talla de las Víctimas del Dr. Cerebro, Maldita Vecindad, Fobia, Cuca, y las 2 agrupaciones que protagonizaron el incidente: Tijuana No! y Héroes del Silencio.
El incidente ocurrió durante el set de Héroes del Silencio; la banda originaria de Zaragoza, España, estaba programada para cerrar el festival, pero se modificaron los horarios y les tocó tocar antes de tiempo, siendo los penúltimos en la lista, dejando el cierre para Tijuana No!
Mientras los Héroes del silencio llevaban apenas 5 canciones, el staff de Tijuana No! comenzó a montar los instrumentos del grupo fronterizo, causando la (justificada) molestia de los creadores de “Maldito duende”. La reacción inmediata, según cuentan crónicas de la época, fue del guitarrista mexicano Alan Boguslavski, quien derribó las percusiones que acababan de montar los técnicos de Tijuana No!, entrando ahora los técnicos de Héroes del Silencio quienes intentaron retirar del escenario a los tijuanenses. Enrique Bunbury externó su molestia ante el público, y el clima se enturbió. La banda española tocó 2 canciones más y se retiró del escenario, desatándose un conato de riña en el backstage con el grupo mexicano.
Al subir Tijuana No! para iniciar con su show, el público se encontraba irritado y no sólo eso, sino que ya se había ido del lugar gran parte de los asistentes, pues la mayoría iba a ver a Héroes del Silencio. Los tijuanenses no tomaron con agrado este hecho y lanzaron consignas contra el malinchismo, los imperialistas, los “europeos”, y los “hijos de Cortez”, refiriéndose a Héroes del Silencio. Esto no hizo sino desesperar a los asistentes que quedaban y 15 minutos después se retiraron del escenario.
En cuanto al motivo del ajuste de horarios, hay 2 versiones: una de ellas dice que Tijuana No! tuvo problemas con su vuelo y llegaron con retraso a la ciudad, lo que obligó a los organizadores a cambiar los horarios de las bandas; otra versión indica que fue Héroes del Silencio quien solicitó no cerrar el concierto sino tocar antes, para retirarse con prontitud (cosa incomprensible).
Sea cual sea la razón, haya sucedido como haya sucedido, esto es un ejemplo del celo con el que se defiende el tiempo en el escenario, una anécdota que ahí queda para la posteridad y que vale la pena recordar.