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Álvaro García

Historias del Rock: Pink Floyd en Pompeya

Pink Floyd efectuó en 1971 una de las experiencias musicales en vivo más alucinantes del rock: su directo en Pompeya. Pink Floyd es una de las bandas de rock más importantes de todos los tiempos: pasaron del blues a la alucinante piscodelia y de ahí al rock progresivo, dejando como legado algunos de los mejores … Leer más

David Gilmour, Pink Floyd, Pompeya, Principales, Roger Waters

Pink Floyd efectuó en 1971 una de las experiencias musicales en vivo más alucinantes del rock: su directo en Pompeya.

Pink Floyd es una de las bandas de rock más importantes de todos los tiempos: pasaron del blues a la alucinante piscodelia y de ahí al rock progresivo, dejando como legado algunos de los mejores discos de todos los tiempos, además de algunas de las ideas más delirantes que se han materializado para beneplácito de millones de rockeros. De entre estas ideas destaca el concierto en Pompeya.

A finales de 1970, el director de cine Adrian Maben buscó y logró un acercamiento con Pink Floyd, ya que buscaba filmarlos tocando en vivo, pero no un concierto tradicional, sino algo distinto, algo nunca antes hecho. Logró una cita con el equipo de trabajo de la banda y David Gilmour y, aunque hubo una lluvia de ideas interesantes (y delirantes), no se llegó a nada en concreto.

Ya en 1971, Maben viajó a Italia, para turistear por Pompeya, antigua ciudad Napolitana, que quedó en ruinas en el año 79 d.C, debido a la erupción del Volcán Vesubio. Después de una jornada turística, ya de noche, Maben se dio cuenta de que había olvidado su pasaporte en el famoso Anfiteatro en ruinas de Pompeya, por lo que regresó a ese lugar ya con el Sol ocultándose. Al entrar al Anfiteatro, ya de noche, Adrian se impactó por lo místico y majestuoso que se veía el lugar y ahí fue donde se dio cuenta que ese era el lugar ideal para el filme con Pink Floyd.

De inmediato se puso en contacto con el staff de la banda y se llegó a un acuerdo. El concierto en Pompeya sería distinto a todos los demás: no habría público, sería solo el grupo tocando en el Anfiteatro en ruinas.

Una noche antes de filmar, Adrian Maben escuchó las canciones que la banda interpretaría, las cuales eran “Echoes”, “One of these days” y “A Saucerful of secrets”, ante lo cual empezó a pensar sobre las tomas que haría y así no tener que trabajar sin planeación.

Esto implicó un reto importante en todos los sentidos, ya que movilizar e instalar el apabullante equipo de audio de Pink Floyd era una labor sumamente compleja.

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