El disco “Blizzard of Ozz”, representó el renacimiento personal y artístico de Ozzy Osbourne, teniendo a la canción “Crazy Train” como estandarte.
Tu matrimonio es un asco, te echan de tu banda, las drogas y el alcohol te esclavizan y todo parece perdido. Este era el panorama de Ozzy Osbourne en 1979 y parte de 1980, un panorama patético que parecía conducir a un camino oscuro y fatal; la depresión en la que se encontraba era tal que, sus más allegados desconocían el paradero de Ozzy por días, ya que éste se enclaustraba en cuartos de hotel y departamentos.
Se dice que fue Sharon, su hoy esposa, la que le ayudó en esos momentos de empantanamiento, motivándolo a volver a la música y callar bocas…y vaya que lo hizo. De esta forma Ozzy fue dándole forma a un nuevo proyecto, para el cual reclutó a una contundente banda, compuesta por Bob Daisley en el bajo, Don Airey en teclados, Lee Kerslake en batería y el maravilloso Randy Rhoads en la guitarra.
Ya conformada la banda, lo siguiente era trabajar en el material discográfico; Ozzy tenía varias ideas ya avanzadas, pero la letra que estaba más pulida y la que en verdad resaltaba de entre todo el material era la de “Crazy Train”, tema en el que Osbourne había volcado todo su sentir ante la crisis personal y artística que estaba por superar. En ella percibimos a un Ozzy sumamente sensible, plasmando parte de lo vivido en esos momentos: “Me voy descarrilando en un tren loco”, sería la frase que enmarcaría esta etapa de la vida del cantante inglés. Pero, a la vez, deja un aire de positivismo, al señalar que todo está mal y que debemos de cambiarlo.
A esta emotiva letra hay que sumarle la brillante parte musical: una contundente base rítmica que suena compacta y vibrante, pero Randy Rhoads da un trabajo guitarrístico impactante, riffs poderosos y unos solos de antología nos brinda el músico que en ese entonces contaba solo con 24 años.
“Crazy Train” de inmediato se clavó en el imaginario colectivo de varias generaciones, perdurando su nivel de influencia hasta nuestros días, convirtiéndose en una obra magna del rock and roll.
