El “musicantro cultubar”, La Tumba, vio nacer, morir y renacer el barrio antiguo.
La vida nocturna en Monterrey ha visto a varios lugares que han surgido y se han ido sin pena ni gloria, a otros que se han ido y han regresado, pero de entre toda la gama de opciones de diversión hay pocas que han permanecido fuertes a pesar de los pesares: uno de ellos es, sin lugar a dudas, La Tumba.
El “Musicantro cultubar”, se encuentra en el corazón del Barrio Antiguo, entre Diego de Montemayor y Dr. Coss.
Este espacio cuenta con 26 años de ser uno de los lugares de mayor tradición para los noctámbulos de esta ciudad.
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Buena música, un ambiente íntimo y acogedor, excelente servicio y un “no sé qué que qué sé yo” hacen de este lugar algo especial, que lo ha mantenido vigente a pesar de las crisis económicas o de inseguridad.
Aunque la especialidad de la Tumba es la trova, el “musicantro cultubar” ha acogido a bandas de rock, blues, jazz, hard core, reggae y hasta vallenato.
Ahí han tocado artistas como Jaime López, Arturo Meza, “El Mastuerzo”, Fernando Delgadillo, Terror, La Barranca, Oceransky, Alejandro Filio, Agnostic Front, Enforcer, Kenny y los Eléctricos, Hernaldo Zúñiga.
Asimismo, La Tumba fue un lugar importante durante el auge del rock regiomontano en los 90’s, ya que por su escenario pasaron diversas bandas, de entre las que destacan El Gran Silencio, Cabrito Vudú, entre otras.
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La Tumba se ha mantenido no sólo como un “antro” tal cual, es prácticamente un centro cultural lleno de buena vibra.
Tal vez es precisamente este factor el que lo ha mantenido vigente incluso cuando la vida nocturna en Monterrey estuvo por desaparecer por la inseguridad que se vivió en nuestra ciudad durante los convulsos años 2010 y 2011.
Podemos decir que el “musicantro cultubar” de Sergio “Pájaro” Treviño es, junto con el Café Iguana, el lugar de mayor tradición en la vida nocturna regiomontana, el cual ha visto nacer, morir y renacer el Barrio Antiguo.