Una “megapeda” salvó a las Víctimas del Doctor Cerebro.
La historia del rock está plagada de historias trágicas relacionadas con accidentes aéreos, basta recordar las muertes de Randy Rhoads, Stevie Ray Vaughan, The Big Bopper, Buddy Holly, Ritchie Valens; los integrantes de Lynyrd Skynyrd, Ronnie Van Zant, Steve Gaines y Cassie Gaines, solo por mencionar algunos.
De igual forma, el medio del espectáculo mexicano también guarda historias de este tipo, como la del trágico fin del entrañable Pedro Infante.
Pero hay casos contrarios, en los que por determinada situación, un artista o artistas se han salvado de morir en estas condiciones, uno de estos lo encarnan Las Víctimas del Doctor Cerebro.
El trágico vuelo 725 de Taesa
El 9 de noviembre de 1999 a las 18:58 horas, despegó de la ciudad de Uruapan, Michoacán, el vuelo 725 de Taesa, un avión McDonell Douglas DC-9.
Iban 18 personas a bordo, 13 pasajeros y 5 tripulantes (capitán, copiloto y 3 sobrecargos).
El avión duró en el aire poco más de 3 minutos, pues una combinación de falla mecánica y un error humano por parte del piloto produjeron su caída a tierra.
El resultado es lógico: no hubo sobrevivientes.
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La peda salva a las Víctimas del Doctor Cerebro
La familia Flores (“Chipotle”, “Tuco”, “Ranas”, “Tuco”) y compañía tienen fama de ser buenos para el desmadre y esta tendencia les salvó la vida: por andar de parranda perdieron el vuelo…y volvieron nacer.
Suena increíble pero es verdad, a veces la realidad supera la ficción.