Amo, la última producción discográfica de la banda londinense, es el reflejo de una evolución musical que les ha permitido abrir un nuevo panorama de oyentes.
Las críticas del disco han sido extremas para ambas partes de sus seguidores, están los que lo aman y los que lo odian, me queda claro que supieron como hacer las cosas, sin importar a quien se llevaran de encuentro.
Ayer, en el Auditorio CitiBanamex el quinteto lidereado por Oli Sykes dio un espectáculo impresionante, musical y visualmente hablando. Con unas pantallas del piso, casi al techo, cada canción fue animada, desde el intro que dio entrada a la banda al escenario, hasta el último tema. Todos nos quedamos boquiabiertos al ver tan coloridos y loquísimos visuales, que también son parte de esta nueva “identidad” que la banda adoptó.
La noche inició con “Wonderful Life”, el primero de los singles del disco, donde colaboran con el blackmetalero Dani Filth (Cradle of Filth), quien se hizo presente en la pantalla donde aparecía una animación de un campo de flores feliz y brillante, en el breakdown de la canción “prendió” en fuego todo el campo y su felicidad. Un visual irónico muy adóc a la temática de la canción.
La noche siguió cautivando a los fans con canciones de That’s the spirit, su disco pasado, el cual fue gran parte del repertorio, “Avalanche”, “Happy song”, “Follow you”, y “Drown”(versión acústica), nos hicieron cantar y brincar, las últimas dos fueron de las más coreadas por la nostalgia en sus letras. De Sempiternal, y Suicide season, también hubo canciones para recordar, sobre todo en el último que es la faceta más pesada de la banda, eso provocó que la gente empezará a formar un circle pit, el cual también pidió Oliver que se hiciera desde el inicio del concierto.
“Mantra”, “Nihilist blues”, y “Medicine”, fueron los otros temas parte del repertorio que tenían de “amo”. Acompañados también de visuales y fragmentos que extrajeron de sus videos, y complementándolos con otros visuales. La noche se acabó abruptamente con “Throne”, que es el tema más escuchado de la banda, un clásico que definitivamente sabía que pondrían al final, por la misma energía que imponen sus integrantes y la propia canción, era lo necesario para cerrar con broche de oro.
Algunos de los comentarios de los asistentes fue que faltó “punch” o un poco de volumen general, para que se sintiera el “madrazo” un poco más. No obstante, todos salimos con una súper sonrisa y un cuerpo extasiado por la maravilla de concierto al que habíamos asistido.
