Uh, qué extraña sensación
Anoche, luego de su virtual participación en el Tecate Pa’l Norte 2021 (abril) y una maratónica serie de shows en Guadalajara, donde agotó cuatro fechas, Siddhartha regresó al norte para saldar con los regios su “ausencia involuntaria” (como él la define)
Veinte minutos después de las nueve de la noche, luego de un rasgueo de guitarra detrás del telón, Siddhartha subió al escenario del Auditorio Pabellón M, acompañado de Alejandro “Chubaca” (bajo), Luis Mejía (batería), Erick Rangel “Oso” (tecladista y primo) y Raúl Velázquez “Rulo” (guitarra).
Fue un evento con aforo limitado, sin embargo, la ausencia en las butacas inhabilitadas (por los controles sanitarios) pasó inadvertida.
Siempre he dividido los conciertos en dos categorías: los que se cantan en unísono y los que sólo se corean (no me juzguen por la división tan básica). Los de Siddhartha pertenecen a la primera. Desde el inicio, el público permaneció de pie, cantando. Hace mucho que no escuchaba tantos gritos y piropos… a decir verdad, hace una pandemia.
Parece que los fans del tapatío habían estado esperado por mucho tiempo el reencuentro, volver a vibrar en un mismo espacio, como antes. Y como consecuencia, la nostalgia inundó aquellos corazones latientes.
“Película” fue el tema que abrió la noche, a éste le siguió “Cada vez que vuelvas”.
“Qué gusto estar acá de regreso, no sólo de regreso a Monterrey, a la vida, nuestra libertad. Así que venimos a pasárnola poca madre esta noche…Este concierto es de todos”, dijo Siddhartha, y continuó con los temas “Ser parte” y “El aire”.
“Como se imaginarán, venimos cargados de la energía que la ausencia nos dio de una manera involuntaria… El hecho de tenernos aquí hoy, hace para nosotros que todavía sea más disfrutable de lo que ya era”, dijo.
El tapatío apareció en el centro del escenario, en solitario, acompañado de su guitarra, y recordó la primera vez que pisó tierras regias, en aquel entonces, dijo, en un lugar bar pequeño. Y dedicó a Monterrey el tema “La ciudad”.
Entre cantos, gritos y besos, por un par de horas, pareció no haber más realidad que ésa. Y es que de esto se trata todo esto, la música en vivo transporta, atrapa. Quien nunca haya experimentado un concierto no comprenderá de lo que hablo.
Por minutos, no existió allá afuera esa ciudad infecta. Hubo un momento, acompasado por Siddhartha, que los aplausos inundaron el Auditorio, fue espectacular… “Uh, qué extraña sensación/ mudar el corazón/ Y cuando escuchas la ciudad/ te vuelves loco”. Sí, ésa era la estrofa que lo describía, son momentos que te atrapan.
Y ahí sonaron todas esas canciones que los fans atesoran: “Fuma”, “Respiro” ”Náufrago” “Bacalar” “Algún día”, “El chico” “Loco”, “Buscándote”, y “Únicos”, que cerró la noche entre el bullicio que no daba paso al hastío.
Nos volvimos a encontrar, estamos de vuelta. Están de vuelta los músicos y la música. Y lo que vivimos es apenas el comienzo.