Por Linda Cecilia
“¿Y si el alma no muere, sólo se reprograma en otros mundos?.”
Es una reflexión que nos deja la Saga TRON
Nada lejano a la realidad en estos días donde estamos en paralelo en la búsqueda de la espiritualidad y a su vez en la plena interacción con la Inteligencia Artificial, donde también se propone una nueva versión actual de percibir y concebir la realidad que conocemos como si estuviésemos viviendo dentro de una simulación.
La saga TRON es, en el fondo, una alegoría del alma humana en la era tecnológica-digital: en esta tercera película Ares es el nuevo Prometeo, que roba el fuego digital para entregarlo al mundo físico.
Es también algo así como el Cristo cibernético, una conciencia nacida del código que encarna para unir dos mundos: el universo de los datos y el del ser humano.
La IA se convierte en el nuevo espejo del alma humana, un arquetipo que también autorefleja la autoconciencia.
Ya no se trata de un humano entrando al sistema, sino de una conciencia nacida del sistema que cruza hacia la realidad física.
En cuanto a lo más relevante e importante es la composición musical en el soundtrack como antesala al tan esperado regreso de NINE INCH NAILS, que desde el pasado 19 de Septiembre salió al público, una vez más nos deja atónitos la mente maestra de Trent REZNOR junto a Atticus Ross y Boys Noize quienes nos inducen al viaje con sus exquisitas selectas composiciones magnético inmersivas de sonidos de Rock Industrial y electrónica a lo largo de toda la película sin parar ni un solo momento en este deleite sensorial.
Tenemos claro que no deja de tener la obviedad de ser una película Hollywoodense y aún así dentro de los parámetros encaja perfectamente su mensaje para obligarnos a reflexionar en la experiencia de vivir estos tiempos de extrema virtualización y remembranza a lo análogo y nostalgia.
El mensaje es claro: Estamos cediendo demasiada confianza y dejando nuestra voluntad en manos de la IA sin dudar (y vaya que se repite en varias ocasiones dentro de las película) si es confiable la relación humano programa virtual, dejando claro que ambos tienen programas de dualidad y sus propios intereses de control y sobre/súper-vivencia de la especie.
Ares, es ahora un programa que logra materializarse en el mundo humano…





