Nunca sabes cuándo un concierto será ese concierto que vas a recordar siempre. Compras tu boleto: La Gusana Ciega en Monterrey, presentando el Tour Borregos en la Niebla en Foro DiDi, viernes 17 de mayo, 22:30 horas. Y lanzas la moneda.
Corren las cortinas y ahí los tienes, aparecen estáticos, con los brazos abiertos, levantados sobre sus cabezas. Reconoces la melodía en el fondo. Entre gritos, piensas en los cientos de públicos que debe haber en su memoria, en los cambios de alineación, en el ir y regresar. Y luego se hace la intimidad.
Comienzan con “Rock and Roll”, el ritmo perfecto para el preámbulo. Luego viene “Entra en el agua” y tomas aquello como una invitación a morder la manzana. Sigue “Celofán” y te acuerdas de aquellos años en que la escuchabas aún en tus discman (¿Dónde quedarían?), y luego: Me puedes.
De pronto pausa, y de nuevo ¡pum! estáticos, como en aquel juego en el que obedecías a la orden de “¡congelado!”. Los gritos, las luces, el silencio que se rompe con “Amantes modernos”, y te identificas en un presente, con el nuevo álbum. Han pasado más de veinte años, has crecido con la banda. Te mueves, los mueven. La gente alza sus celulares para grabar, mandan audios de whatssap (quizás con dedicatorias).
“No puedo verte”, “El ejercito de Hormigas”, “Venus en la arena”, “Borregos en la niebla I”. Parece que el público está enganchado, en un principio te parecían demasiado reservados, tres canciones después de iniciado y aún no los sentías, pero ahora se mueven, cantan, se emocionan, se besan, bailan, quizás hasta estén como tú en el vaivén de cada canción.
“Conejo en el sombrero”, ésa canción, la recuerdas (a ella). Todos cantan. Y ahí está otra vez, el nuevo disco: La distancia, Un poquito más. Parece que el cuerpo se encamina, se acelera, te aferras a las palabras “siento que la vida se me escapa… acércate un poquito más… enséñame un poquito más”. Miras alrededor, todos parecen compartir tu euforia. Hay un niño de anteojos que no ha dejado de cantar en toda la noche, está arriba en el balcón, a un costado del escenario, junto con más personas y más niños (quizás unos cinco más).
Ha sido un viaje, una avalancha, la perfecta combinación entre los discos pasados y el presente: “Tornasol”, “1987”, “Hambre y sed” (eso mismo que sientes ahora mismo), “San Miguel”, “Pasiflorine”, “Tú volverás” (y ésa, parece que desaparece la música, se escuchan las voces como una sola, esa conexión que sólo se experimenta en un concierto). “Hey!” suena, y como si se tratase de ti a quien llaman, vuelves. “Ella estrella”, “Califórnica” y “Yes Sir, I can Boogie”.
Y el show termina. Todos en éxtasis. Es de los mejores pinches conciertos de tu vida. Hiciste el viaje, mordiste la manzana, en realdad no te habías dado cuenta que lo habías hecho desde hace tiempo con la banda, hasta esta noche. Quedaste impresionado y ya quieres estar ahí de nuevo, es esa sed del enamorado que quedó enganchado con la primera noche. Y esta noche pasa a la crónica de ese concierto de La Gusana Ciega en el Foro DiDi en el que intimaron.