The Doors es una de las agrupaciones más importantes en la historia del rock.
Hay bandas que logran crear un legado y hacerse de un nombre gracias al esfuerzo y trabajo realizado a lo largo de muchos años de trayectoria, pero en cambio hay otras que emprenden una fulgurante carrera de apenas unos cuantos años, pero que a pesar de su brevedad logran dejar una huella imborrable, uno de estos casos es el de The Doors.
La banda conformada por Jim Morrison (voz), Roy Manzarek (teclados), John Densmore (batería) y Robby Krieger (guitarra) se formó a finales de 1965, en Los Angeles, California. Durante los primeros meses de iniciado el grupo, el cuarteto se enfocó en encontrar una línea musical que englobara las influencias musicales y literarias de cada uno; inevitablemente se acercaron al blues, pero dotándolo de un cierto toque oscuro y místico, que los distinguiría de otros proyectos de su época.
Después de tocar en el circuito de bares de la costa oeste de Estados Unidos y gracias a sus incendiarias actuaciones y a la impactante presencia escénica de Jim Morrison, The Doors logra llamar la atención la disquera “Elektra” y del productor Paul Rotchild, firmando de manera inmediata con esta empresa para iniciar así el trabajo de producción de su primer disco, el cual saldría en enero de 1967.
Y vaya que The Doors tenía un arsenal musical preparado, ya que el álbum debut de la banda es una verdadera joya de esa década; llegarían después los discos “Strange Days” (1967), “Waiting for the sun” (1968), “The soft parade” (1969), “Morrison Hotel” (1970) y “L.A. Woman” (1971), todos de gran calidad, aunque algunos no tan bien recibidos en su época pero que con el tiempo han sido revalorizados por las siguientes generaciones.
Desafortunadamente “El Rey Lagarto” fue una llama tan intensa que se apagó demasiado rápido, falleciendo apenas 3 meses después de la salida al mercado de “L.A. Woman”, el 3 de julio de 1971. El resto de la banda se aferró a mantener con vida a The Doors y alcanzaron a sacar 2 discos más “Other voices” (1971) y “Full circle” (1972), es después de este disco cuando Manzarek, Krieger y Densmore deciden disolver el grupo, reuniéndose en 1978 para musicalizar algunos poemas de Jim y sacar “An American Prayer”.
El valor y la trascendencia de The Doors es enorme: le dotaron una teatralidad nunca antes vista a las presentaciones en vivo, las cuales estaban llenas de improvisaciones que generaban gran impacto entre los asistentes. Trajeron ese estilo poético – oscuro que influenciaría de gran manera a los grupos de esa generación y de épocas siguientes, convirtiéndose de esta manera en una pieza importante de la historia del rock and roll.
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