The Doors en México: su mítica visita y todo lo relacionado a los 4 conciertos que Jim Morrison y sus compañeros dieron en la Ciudad de México.
Corría el año de 1969 y en México eran aún tiempos turbulentos y días extraños: se encontraba muy presente el movimiento estudiantil gestado un año antes y todavía se respiraba en el aire la sangre derramada el 2 de octubre en Tlatelolco. El autoritarismo y la represión se mantenían y la juventud mexicana de ese tiempo estaba amordazada.
The Doors en México
Así, en este contexto social, el empresario Mario Olmos tuvo la idea de armar un gran concierto de rock, teniendo como foro la majestuosa Plaza de Toros México y como artista ni más ni menos que a The Doors.
La banda de Morrison, Densmore, Krieger y Manzarek se encontraba en un momento difícil, pues Morrison estaba atrapado por el alcohol y las drogas, se hallaba fuera de forma, con problemas legales, pocos promotores buscaban contratarlos por tantos escándalos, además de que las sesiones de grabación para “The Soft Parade” fueron martirizantes, lo cual ocasionaba que la tensión al interior del grupo fuera enorme.
Precisamente por esto, el cuarteto se sentía sumamente ilusionado con esta visita a México, pues representaba un “cambio de aire”, además de que la propuesta de actuar ante cerca de 50 mil personas les resultaba muy atractivo, por lo que las negociaciones con la banda fueron exitosas.
Jim Morrison en las pirámides de México
Desafortunadamente, el Gobierno no permitió este evento, ya que no quería reuniones masivas de jóvenes, temiendo un posible resurgimiento de las movilizaciones del año anterior. Ante esto, Mario Olmos cambió las presentaciones a un pequeño club nocturno, llamado el Forum, propiedad de los Hermanos Castro, pagándole a la banda 20,000 dolares por 4 shows.
Esto le fue notificado a la banda justo una noche antes de partir a nuestro país, y claro que no les cayó bien el cambio: de tocar ante 50 mil jóvenes, cobrando 40 centavos de dólar para que la juventud de todos los estratos sociales pudiese ir, a tocar en un elegante Club nocturno para la juventud de la clase alta, cambiaba las cosas notablemente.
Finalmente The Doors aceptó de mala gana y emprendieron el viaje. Se les dio un trato de primera: se les hospedó en un hotel de primer nivel, se puso a su disposición 2 limusinas (una negra y una blanca), una traductora y se les llevó a visitar el Museo de Antropología e Historia, las pirámides de Teotihuacán y demás zonas turísticas.
https://www.youtube.com/watch?v=58pUAngET08
Jim estaba sumamente descuidado, con la barba tupida, desaliñado, con sobrepeso, lo que ocasionó que a su llegada al club nocturno donde tocarían, los fanáticos se abalanzaran sobre John, Ray y Robby, ignorando por completo a Morrison puesto que no lo reconocían.
Tal parece que la visita a México le sentó muy bien a Morrison y compañía, ya que los 4 se veían tranquilos y en particular Jim estaba bastante contento. Al “Rey Lagarto” le fascinó la Plaza Garibaldi, donde se embriagó (para variar) y compró una charola usada por un mesero de ese lugar. De regreso al hotel, se asomaba por la ventanilla de la limo y sacaba sus manos como pistolas, y al grito de “¡Ándele, Ándele, Ándele, Bang, bang, bang!” bromeaba con la gente en la calle.
En total, The Doors dio 4 shows en nuestro país, los días 28, 29 y 30 de junio y 1 de julio, todas las presentaciones estuvieron llenas (1000 asistentes por show). La calidad de estos conciertos fue muy buena, tomando en cuenta la mala racha que traía el grupo en sus últimas presentaciones en vivo.
Los 4 integrantes y el staff de The Doors estaban completamente sorprendidos de que la canción preferida de la fanaticada mexicana era “The end”, la canción más densa, oscura y controversial de la banda (y tal vez de la historia del rock en general).
A pesar de esto, la prensa mexicana no vio con buenos ojos los conciertos de los Doors; Raúl Velasco hizo la reseña del evento para el Heraldo de México, en la cual manifestó su horror por Jim Morrison y compañía, quienes, según él, sólo trajeron sordidez y decadencia a la dorada y pura juventud mexicana. Hubo quien además consideró que los conciertos fueron deslucidos, sólo cumplidores, pero que no llenaron las altas expectativas que se tenían (tal vez esperaban que Morrison estuviera afeitado, delgado y que hubiera armado un escándalo sobre el escenario, cosa que no pasó).
Fue así como The Doors pisó suelo mexicano, sin duda la primera banda de nivel que se presentó en nuestro país.
Seguir leyendo:
El 3 de julio de 1971 murió el Rey Lagarto: Jim Morrison el cantante de The Doors
The Doors, La Película ¡vale la pena verla!
OBRAS MAESTRAS: “L.A. WOMAN” – THE DOORS