“Nothing else matters” de Metallica se lanzó el 20 de abril de 1992 y desde entonces se mantiene como una de las mejores baladas de la historia del rock.
Hablar de Metallica es hablar de uno de los grandes grupos de los últimos tiempos. Amados por millones de personas, odiados por algunos menos, Metallica ha venido marcando pauta y manteniéndose vivos a base de trabajo, pasión y visión de negocio (aunque muchos critican eso, no podemos negar que el rock es también un negocio).
Uno de los trabajos que marcó un pasó adelante en su carrera fue el álbum Metallica, mejor conocido como The Black Album.
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Este poderoso material contiene grandes canciones como “Sad but true”, “The unforgiven”, “Enter sandman”, destacando una densa balada que de inmediato se convirtió en una de las predilectas de los fans y no fans del cuarteto californiano: “Nothing else matters”.
Esta canción fue escrita por James Hetfield y se lanzó como sencillo el 20 de abril de 1992.
En dicha letra vuelca todo su sentir ante la distancia que tenía que mantener con su novia, ante la vorágine de giras y conciertos que mantenía con Metallica.
El mensaje es que nada más importa, solo la confianza y el amor. Y es precisamente cuando James estaba hablando por teléfono con su novia, que empezó a componer la música de la canción, así, casi por accidente, al estar tocando la guitarra con una mano, prácticamente de forma inconsciente.
“Nothing else matters” era tan personal para Hetfield que no consideraba incluirla en el repertorio de la banda, pero fue Lars Ulrich quien vio el gran potencial que tenía la composición el que convenció a James de trabajar más la canción e incluirla en el que sería el quinto disco del grupo.
Sin embargo, tiempo después surgieron versiones que indican que esta canción va dedicada a los fans, por su amor y lealtad.
Aunque se han dado algunas otras interpretaciones a la letra.
En esta canción James da uno de sus mejores trabajos vocales, lleno de sentimiento y fuerza.
La base rítmica se mantiene simplemente contundente y qué decir del solo de guitarra del mismo Hetfield, ¡bárbaro! Pero por si fuera poco, Bob Rock, productor de este disco de Metallica, apostó por arreglos orquestales, cosa difícil de pensar para una banda de heavy metal.
El trabajo de dichos arreglos corrió a cargo del genio Michael Kamen, músico estadounidense especialista en música sinfónica (como arreglista y director) y bandas sonoras, quien además ha trabajado con artistas de la talla de Eric Clapton, Pink Floyd, Roger Waters, David Bowie, entre otros. El resultado fue asombroso: los arreglos sinfónicos hicieron que la canción adquiriera un dramatismo enorme, que atrapa de inmediato a quien la escucha.
Metallica se ganó algunos detractores, ya que esta canción rompía con la línea que había manejado en trabajos anteriores, pero también multiplicó la cantidad de seguidores.
“Nothing else matters” ayudó a catapultar al Black Album hasta lo más alto, convirtiéndose en un clásico del rock.
