Se dice que Keith Richards llegó a inhalar las cenizas de su padre, durante una parranda de antología.
Keith Richards no es sólo el más reventado e intenso de los Rolling Stones, sino que es uno de los personajes de la historia del rock que más se ha cargado de excesos, alcanzando el grado de leyenda en este “rubro”.
Pero en el año 2007, Keith Richards confesó algo inimaginable, bizarro y alucinante: durante una noche de fiesta, el guitarrista británico bebió whiskey en cantidades industriales, fumó marihuana y se metió de todo por la nariz… hasta las cenizas de su padre.
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¡Sí! Aunque usted no lo crea, el creador de algunos de los mejores riffs de guitarra confesó haber inhalado las cenizas de su papá (fallecido en el año 2002), mezcladas con cocaína.
Fue tal el revuelo que estas declaraciones levantaron que, un día después, Keith Richards publicó un comunicado en el que mencionaba que todo había sido una broma y que sus palabras se habían sacado de contexto.
La imagen de desmadroso empedernido de Keith no ayudó y para la mayoría de la gente ese asunto de las cenizas era algo creíble.
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Tiempo después, Richards publicó su autobiografía, titulada “Life”. En ella da un espacio a esta controversial anécdota.
Keith menciona que, en efecto, sí inhaló las cenizas de su padre, pero que no ocurrió en una fiesta ni con drogas de por medio, sino que al proceder a esparcir las cenizas en un árbol en su casa, un poco de ceniza se esparció en una mesa. Ante esto Keith la tomó con un dedo y la inhaló. “Polvo al polvo, de padre a hijo”, comentó Richards al respecto.
En el año 2015, Keith Richards retomó el tema, pero ahora mencionando que al fallecer le gustaría que sus hijas inhalaran sus cenizas. Ya saben el característico humor que posee el legendario guitarrista.