16 mil personas vibraron con el concierto de Maná en Monterrey en el Estadio Banorte.
La noche de este 8 de julio se realizó el concierto de Maná en Monterrey, como parte de su gira “México lindo y querido”, su primera fecha en la ciudad e inaugurando el Estadio Banorte, la casa de los Borregos del Tec, como recinto de conciertos.
Poco a poco se iban llenando los asientos del lugar, mientras la audiencia entraba con alegría, entusiasmo y curiosidad por este espacio que se usa por primera vez para conciertos.
El ligero retraso por parte de la banda se perdonó de inmediato cuando las luces se apagaron para dar inicio al concierto, en el que se fueron directo con clásicos.
Abriendo con “Cómo Te Deseo” con un grupo que comprueba nuevamente que la edad es solo un número, ya que aunque la edad es algo de lo cual nadie escapa, Maná nos demostró la energía del rock and roll en toda su expresión.
Una sorpresa de la noche fue el momento donde tocaron “Corazón Espinado”, una canción en la cual colaboraron con el legendario guitarrista Carlos Santana.
Con una interpretación instrumental asombrosa, Sergio Vallín nos demostró la razón por la que también es uno de los grandes del instrumento de seis cuerdas en México.
“Hace unos días una fan en Los Ángeles se subió al escenario y me tiró. Desde entonces tengo la espalda con mucho dolor, pero estoy medicado e inyectado para poder tocar para ustedes. ¡Porque los regios no son rajones y nosotros tampoco!”, señaló Fher Olvera.
“Labios Compartidos” no se dejó esperar siendo la cuarta canción de la noche e inmediatamente después de eso Fher nos dio un mensaje sobre el medio ambiente, la falta de agua y una anécdota tierna de cómo empezaron viniendo a ciudades como Monterrey en camioneta y ahora están tocando en su nuevo estadio.
Todo esto para poder dar inicio al clásico “¿Dónde jugarán los niños?”, misma que tuvo en escenario un elefante de utilería e imágenes de naturaleza en las pantallas con unas luces cálidas perfectas para ambientar.
Llegó el momento de las baladas cuando el corazón y emociones de todos se volvieron frágiles al cantar clásicos como “Bendita tu luz”, “Cómo Quisiera” y “Mariposa Traicionera”.
Todo cambió de humor para hacer saltar a los presentes con “Oye Mi Amor”, haciendo gritar y saltar a toda energía a los presentes.
Nos transportamos 30 años atrás con el desmadre tan característico del “viejo Maná” con “Me vale”.
Como mencionamos, Sergio Vallín es posiblemente uno de los mejores guitarristas en la escena mexicana y eso se demostró al momento de una improvisación instrumental donde soltó un solo de guitarra con una puntualidad y precisión musical simplemente impresionantes y preciosos al oído.
No podemos hablar de músicos virtuosos sin hablar de Alex “El Animal” González, considerado uno de los mejores bateristas del mundo. Y eso se hizo evidente con su solo con una duración de varios minutos y secciones donde en ningún momento pensarías que hay 53 años de edad en esas manos.
Al inicio simplemente con pedal y tarola pero evolucionando poco a poco con combinaciones complejas y trucos visualmente placenteros. Poniéndose de pie sobre su banquillo sin dejar de tocar, tocando mientras se mantenía de pie, poniendo sus manos en la espalda sin dejar de darle a su instrumento y finalmente llevando al público a aplaudir a ritmo de su batería para animarnos a todos.
Alex se despidió para poder pasear frente a la pasarela del escenario aventando sus baquetas.
De la nada volteamos la mirada a la parte de atrás del recinto viendo el “escenario alterno”. Una pequeña puesta en escena perfecta para dar la sensación de un concierto íntimo.
“Amamos nuestras raíces mexicanas así que vamos a tocar algo de uno de los mejores compositores que ha tenido el país. Le mandamos un beso hasta el cielo al maestro Juan Gabriel”, exclamó Olvera antes de que la agrupación deleitara a los presentes con un cover de “Se me olvidó otra vez”, misma que como buenos mexicanos se escuchó a todo pulmón… no importa si eras joven o viejo el poder de Juan Gabriel trasciende generaciones.
Fher y compañía nos trajeron una sorpresa al invitar al escenario a Edén Muñoz, ex vocalista del grupo Calibre 50, para cantar un tema juntos.
Terminando la parte íntima en el escenario alterno, tocaron “Eres mi religión”, la cual llevó dedicatorio a “la novia que me dejó por un wey de prepa cuando estábamos morros”.
Terminando la misma, Maná se bajó y caminó alrededor de la pasarela saludando a sus fans e incluso abrazando a algunos.
Un pequeño silencio se hizo hasta que llegamos al último acto de la noche cuando salieron los músicos a tocar “En el muelle de San Blas” con el final del escenario con adornos de madera haciendo tributo e ilusión a la orilla de un muelle con la gente cantando con toda la nostalgia… nostalgia de la buena.
“Clavado en un bar” dio un cambio de humor en el estadio para sorprendernos y prender en una explosión de emoción a la audiencia. Con un solo de guitarra de película que sonaba mientras Sergio recorría la pasarela al estar tocando y un Fher acostado a medio escenario esta canción fue una de las mejores que pudieron tocar para el final.
El frontman de la banda jugó con el público invitándolos a cantar partes de coro improvisadas para terminar con un “¡qué bonito cantan!”.Terminando esta canción vimos un show de pirotecnia acabando literalmente con un “boom” en el set.
Maná se despidió del escenario escuchando a la gente corear el típico “¡otra, otra otra!”, para tener a la banda de vuelta con un mensaje de cuánto amor le tienen a Monterrey. La sorpresa continuó con un show de drones mostrando el nombre de la agrupación, “Viva México” y un corazón dedicado a la gente.
Llegó después de esto el momento de la canción final: “Rayando El Sol”, misma canción que fue un broche de oro para el cierre del concierto de Maná en Monterey con una sensación de calor, nostalgia y felicidad por este gran día.
Maná es considerada desde hace varias décadas una de las bandas de rock en español más grandes e importantes que ha salido del país y con un concierto como este en su tour “México Lindo y Querido” nos lo vuelve a confirmar.
