Cuenta la leyenda que una vez, una joven banda llamada Rammstein, opacó a Kiss en México.
El 24 de abril de 1999, Kiss se presentó en el Foro Sol de la Ciudad de México como parte de la gira “Psycho Circus Tour”.
Este era un acontecimiento sumamente esperado, ya que el cuarteto conformado por Peter Criss, Gene Simmons, Paul Stanley y Ace Frehley se encontraba con un nuevo disco bajo el brazo.
Como suele pasar en la mayoría de los conciertos, la banda abridora importaba a muy pocos y más cuando la banda principal es una del tamaño de Kiss.
Para la mayoría de los ahí presentes el nombre de Rammstein decía poco o nada. Algunos sí ubicaban a esta agrupación alemana, la cual contaba con apenas 5 años de formación y un poderoso hit llamado “Du Hast”.
La jornada rockera de ese día inició y Rammstein comenzó con su papel de banda telonera. La primera reacción del público fue de estupefacción: pirotecnia, performance que iban de lo impactante a lo grotesco, con aires densos y tétricos, y una banda que a través del metal industrial hacían retumbar el Foro Sol… ¡menuda banda abridora!
De la estupefacción, los miles de asistentes pasaron al frenesí. Rammstein se había apoderado del público mexicano sin contemplaciones, haciendo que muchos se olvidaran de Kiss durante los poco más de 60 minutos que duró este acto inicial, los cuales bastaron para que los alemanes alcanzaran a tocar 11 temas.
Rammstein terminó su show de forma contundente, ahora tocaba el turno del “plato fuerte de la noche”.
Kiss inició su show con su ya característico opening lleno de pirotecnia y lo que parecía imposible empezaba a tomar forma: la respuesta del público fue ligeramente inferior a la que recibió Rammstein minutos antes.
¡Ojo! Kiss brindó un show de primer mundo, tal y como suele hacerlo en cada presentación, pero mucha de la gente presente seguía impactada ante lo visto con Rammstein.
Y claro, las reacciones no se hicieron esperar: los medios de comunicación señalaron el hecho y un sector importante del público lo reafirmó.
Los alemanes habían dado un show de antología, opacando ligeramente a Kiss, cosa impensable por el calibre de las producciones que acostumbran a montar los creadores de “Love gun”.
Kiss siguió con Rammstein como banda abridora durante varias fechas más, hasta que el tour terminó, lo demás lo conocemos todos: Kiss sigue siendo una banda espectacular, una leyenda viviente que se mantiene vigente y Rammstein ha logrado una consolidación incuestionable.