Marilyn Manson se presentó en Monterrey en noviembre de 2003, acarreando una avalancha de protestas de varios sectores religiosos.
5 de noviembre de 2003, se vivía un ambiente enrarecido en la zona Metropolitana de Monterrey: grupos de gente orando en plazas públicas, en algunas calles, protestas, propaganda religiosa por varias partes. ¿Qué pasaba? ¿A qué se debía este clima social tan extraño? La respuesta: Marilyn Manson.
El controversial cantante Marilyn Manson hizo escala en Monterrey durante su gira Grotesk Burlesk.
El anuncio se hizo desde mediados de ese año y las protestas se gestaron de inmediato. Asociaciones conservadoras como CAIFAC, “Reto Juvenil”, así como grupos cristianos, evangélicos, entre otros, se manifestaron contra el concierto de Manson haciendo brigadas de oración en zonas públicas, levantando firmas para la cancelación del evento y protestando frente al Palacio de Gobierno estatal, el Congreso del Estado y en algunos templos.
Se argumentaba que Marilyn Manson era un personaje nocivo para la juventud, que propagaba la violencia, el sexo, el satanismo, el consumo de drogas y el suicidio.
Y es que estaba muy reciente el llamado “Caso Castrillón”, se trata del homicidio de Ana Nassar a manos del joven Julio Castrillón, quien según estuvo influenciado por el cine violento y la música rock, destacando precisamente Marilyn Manson entre sus artistas favoritos.
El Gobierno del Estado acababa de hacer el “cambio de estafeta”, Natividad González Parás tomó el poder en octubre de ese año y éste hizo lo lógico, no meter las manos, no inmiscuirse.
Llegó el día. Los fans de Marilyn Manson se alistaban para el ritual musical del “Reverendo”, incluso algunos merodeaban desde temprana hora el hotel en el que el cantante se hospedaba, tratando de lograr obtener un autógrafo o una foto con él.
El ambiente era tan turbio que dicho hotel contaba con un importante dispositivo de seguridad en su acceso, compuesto por policías municipales y de Seguridad Pública del Estado.
Por otro lado, en los alrededores del Parque Fundidora la escena era alucinante, casi bizarra: grupos de personas haciendo oración en la plaza de la “Y” Griega, teniendo a la estatua de Cristóbal Colón como testigo.
En las calles adyacentes había gente con pancartas, repartiendo volantes de contenido religioso, gente predicando con aparatos de sonido, otros más abordando directamente a los jóvenes que iban hacia el concierto para tratar de convencerlos de alejarse de la mala influencia de Marilyn Manson.
Estos grupos conservadores presupuestaban una oleada de violencia y suicidios después del concierto.
Para evitar cualquier problemática se estableció un dispositivo de seguridad de 200 policías en el exterior del Auditorio coca cola. El saldo: 6 míseros detenidos, 4 por riña y 2 por querer hacer el antiguamente clásico “portazo”… no más.
La cobertura mediática fue enorme, de hecho, algunas de las personas que asistieron al concierto ni siquiera sabían quién rayos era Marilyn Manson, fueron por curiosidad.
Y es que las protestas y campañas en contra del evento no hicieron sino darle gran publicidad al concierto; obtuvieron, pues, el efecto contrario.
Aquí una de las historias del rock de uno de los conciertos más controversiales en la extraña historia musical de Monterrey, el de Marilyn Manson en 2003.
