La banda de Zacatecas Enjambre se ha vuelto una de las favoritas del rock mexicano.

El sábado, el Machaca Festival estuvo lleno de músicos virtuosos, pero siempre hay un rey del baile y para mí lo fue Enjambre. De entrada tocaron a las 8:00, hora perfecta, el sol se estaba guardando y el cielo regiomontano formó parte del espectáculo de esta banda originaria de Fresnillo, Zacatecas.

Abrieron con “Cobarde” y la deshidratación ya estaba llegando a un punto agradable en el que se puede cantar a todo pulmón y sentirse un poco mareadito; al menos eso me pasó a mí. Y es que estos de Enjambre traen toda la vibra de los clásicos de la balada mexicana, onda José José, pero con la escuela de una época muy bonita del rock en nuestro idioma. Cómo no amarlos.

Cuando tocaron “Sábado Perpetuo” a mí ya se me salían unos cuantos suspiros de añoranza de mi época adolescente en la que neta “éramos la ley sin decreto”. Tulipanes fue otra de mis favoritas, me hizo abstraerme por completo y cuando advertí que se acababa tuve un sufrimiento corto de esos que saben rico y con la que terminaron de hacerme llorar, pero literalmente llorar, con lágrimas y todo, fue con Manía Cardiaca.

La primera vez que tuve la experiencia de escuchar a Enjambre en vivo, fue en el primer Pal Norte; aquella vez tocaron bien tempranito pero ya dejaban ver su personalidad única dentro de la escena alternativa, que apuntaba para verlos pronto como head liners y representantes del nuevo rock mexicano. Después de esa vez, los he visto casi cada año y siempre crecen. Grandes Enjambre.

Cerraron con Rosa Naútica y para mí fue el final perfecto para un show de sonido épico que me llegó a las vísceras.

Deja tus comentario

0 comentarios