La colección de artículos personales y arte del cantante fue consumida por el fuego en un museo en Washington.
Tal parece que los momentos amargos alrededor de la leyenda de Kurt Cobain siguen aumentando, ya que el pasado 9 de junio se desató un incendio en el Museo de Historia de Aberdeen, Washington, destruyendo en gran parte la exhibición dedicada al fallecido cantante y guitarrista de Nirvana.
La exhibición era una muestra permanente en un ala del museo local de la ciudad natal de Cobain y contenía objetos usados y creados por el icono del grunge tales como muebles, ropa, dibujos y escritos; así como una estatúa de él y otros artículos ligados a la corta pero reconocida trayectoria de la banda.
Todavía no es momento que las autoridades expliquen la causa del siniestro pero ya han dado varios detalles a la prensa. Las estadísticas reportan que el incendio dio inicio a las 9:26 de la mañana y no dejó heridos pero sí una gran destrucción. “Fue una cantidad masiva de artículos históricos y una pérdida devastadora para la ciudad “, dijo Tom Hubbard, jefe del departamento de bomberos de Aberdeen.
Por otro lado, Dave Morris, encargado de preservar el museo, comentó acerca de las acciones que se tomarán no solo con la galería de Kurt, sino con todas las áreas afectadas del museo. “La gente viene de todas partes del mundo para ver lo que tenemos de Nirvana, pero cuando ven el resto de la historia de la ciudad quedan impresionados. Hay más de Aberdeen que solo Kurt Cobain. Este incendio es un suceso, así que será registrado pero vamos a reconstruir, seguir adelante, y preservar la historia. Ese es mi trabajo”.
La tragedia cultural se expandió rápidamente por redes sociales e incluso llegó a oídos del que fuera bajista de Nirvana, Kris Novoselic, que expresó su sentir en Twitter.
This is terrible. Hope people are safe. https://t.co/ZWvwjr2Il2
— Krist Novoselić (@KristNovoselic) June 9, 2018
Actualmente, se prepara “Growing Up Kurt Cobain”, la cual abrirá sus puertas en Irlanda el próximo mes y contará con una selección de las pertenencias del cantante seleccionadas por su hija, Frances Bean, y su madre Wendy O’Connor.