Pocos saben que antes de que Lemmy fuera un músico famoso trabajó directamente con Jimi Hendrix, lo cual le marcó la vida.
Hablar de Jimi Hendrix y Lemmy Kilmister es hablar de dos de los íconos más importantes de la historia del rock y pocos saben que ambos trabajaron de manera cercana por algún tiempo.
En 1967 Lemmy se mudó a Londres en busca de nuevos aires, contando con 22 años de edad.
La única persona que conocía en esa ciudad era su amigo Neville Chesters, así que lo contactó y le pidió “posada” en su departamento.
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Chesters estaba inmerso en la escena musical londinense de ese entonces, al haber colaborado como staff con bandas de la talla de The Who.
Por esos días había conseguido un importante trabajo: ser el manager del naciente grupo The Jimi Hendrix Experience.
Así, un día requirió de alguien que pudiera trabajar como roadie y Chester le dijo al joven Lemmy Kilmister que si estaba dispuesto a trabajar como staff con el grupo y éste accedió.
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Primero entró como “mil usos” y poco a poco fue “metiendo mano” en el equipo de Jimi Hendrix, hasta que finalmente se encargó de amplis y pedales del legendario guitarrista.
“Cuando Jimi tocaba era mágico… al verlo, el espacio y el tiempo se detenían”, llegó a declarar Kilmister hace varios años.
Aunque también señaló que le parecía lamentable la manera en que Jimi dañaba su equipo tratando de impresionar al público.
“Después de que él terminaba de tocar, yo tenía que reparar sus fuzzboxes, porque él los destruía todos, los pisaba y pedazos salían a volar por todas partes. Encontrabas piezas por todo el escenario, así que tenía que ir recogiendo los pedacitos para volver a juntarlos… era un jodido asesinato, cómo era capaz de destruir así su equipo”, lamentó el bajista y cantante.
Pero la labor de Kimister con Jimi Hendrix no se limitó a lo técnico, sino también a lo psicodélico y es que Lemmy era encargado de conseguirle drogas al guitarrista.
“Yo le conseguía ácido cuando su dealer no podía; le traía diez tabletas, él tomaba siete y me daba las otras tres a mí, él me enseñó cómo encontrar drogas en los lugares más improbables porque ese era parte de mi trabajo con él”, recordó el fundador de Motörhead.
El buen Lemmy permaneció con el staff de Hendrix por poco más de 6 meses, para después seguir su propio camino musical, sin embargo a pesar de que fue poco el tiempo de convivencia con el guitarrista de Seattle, esos meses marcaron de por vida a Kilmister.
“Como roadie para The Jimi Hendrix Experience aprendí que debía dejar de tocar la guitarra, cualquiera que ha visto a Hendrix debería renunciar a la idea de ser guitarrista, porque él era increíblemente bueno, en verdad quitaba el aliento”, expresó el rudo bajista.
Finalmente ambos se convirtieron en figuras indiscutibles del rock.