El álbum debut de Caifanes es uno de los más trascendentales del rock mexicano.
Este es el primer trabajo de Saúl Hernández, Alfonso André, Sabo Romo y Diego Herrera, y vaya que resultó ser un álbum de primerísimo nivel, que no sólo le abrió las puertas del éxito a Caifanes sino que también ayudó a atraer la atención de disqueras y medios de comunicación hacia grupos de rock mexicano, ayudando a gestarse un nuevo movimiento conocido como “Rock en tu Idioma”.
El disco debut de Caifanes consta de 11 temas (ya con la inclusión de “La Negra Tomasa” y “Perdí mi ojo de venado”), todos de gran calidad.
El trabajo de grabación se realizó de diciembre de 1987 a febrero de 1988, con la producción del experimentado Óscar López y la dirección musical del “Cachorro” López. El álbum se lanzó al mercado el 28 de agosto de 1988.
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El lenguaje críptico y metafórico de las letras de Saúl es notable ya desde este debut caifanesco. Su lírica se muestra cargada de temas como la soledad, la muerte, la locura, la melancolía, ansiedad y desesperanza, por lo que resulta extraño que haya roto récords de ventas y se haya convertido a Caifanes en un fenómeno masivo, siendo tan densas las canciones que integran este disco.
El otro letrista del grupo es Diego Herrera, quien es el autor de 2 canciones: “Amanece” y “Nada”. La primera de ellas es frenética en la que se habla de la rebeldía y el ímpetu propios de la juventud; en tanto que “Nada” es una canción de desamor, en la que se respira la desesperanza en cada segundo.
En el aspecto musical, es de resaltarse el papel de Diego en los teclados y sax, ya que le da ricas atmósferas a cada tema, acentuando las intenciones buscadas en cada canción.
Por su parte Alfonso André suena poderoso y lleno de sentimiento en cada golpe que le asesta a su batería.
Sabo Romo luce maravilloso, demostrando que no era un bajista cualquiera.
Vocalmente, Saúl suena filoso, con mucha intensidad, logrando transmitir en cada canción una avalancha de sentimientos, y como guitarrista supo asimilar sus limitaciones para, a partir de esto, crear excelentes cosas.
En este disco Caifanes contó con un invitado de lujo, ni más ni menos que el argentino Gustavo Cerati, quien da cátedra de guitarra en el tema “La Bestia Humana”.
No hay ningún punto bajo en este disco, cada canción es impactante y posee fuerte personalidad. Comercialmente “Viento” y “La Negra Tomasa” fueron grandes ganchos, pero sería ingrato ignorar la calidad de “Será por eso”, “Amanece”, “Cuéntame tu vida”, “Nunca me voy transformar en ti” o “Te estoy mirando”.
Caifanes logró con su álbum debut darle oxígeno al rock mexicano.