La banda australiana de rock psicodélico se presentó este 4 de mayo en el Showcenter Complex.
La surrealista agrupación australiana King Gizzard And The Lizard Wizard es considerada por muchos como una de las mejores bandas de rock psicodélico de la ultima década y definitivamente una de las más activas.
El conjunto encabezado por Stu Mackenzie ha lanzado 18 álbumes de 2012 a 2021, en los cuales se han permitido expandir las fronteras de la experimentación musical produciendo canciones de múltiples géneros como el garage, acid rock, neo-psicodelia y heavy metal.
Luego de su paso por la ciudad en el 2018, como parte de la gira del festival Hipnosis, King Gizzard And The Lizard Wizard regresó a Monterrey para presentarse el miércoles 4 de mayo en el Showcenter Complex y complacer a su ahora mayor numero de seguidores regiomontanos con los temas nuevos que traen bajo el brazo después de lanzar su ultimo
material “Omnium Gatherum” el pasado 22 de abril, álbum ambicioso que rinde justo tributo al significado en latín de su nombre: mezcolanza miscelánea.
Desde que abrieron las puertas, el recinto se atestaba con energías de anticipación y se comenzaba a llenar de gente incluso antes que iniciara la banda invitada Los Mundos, quienes son una agrupación originaria de Monterrey con una década de trayectoria.
El proyecto de Luis Martínez y Alejandro Elizondo se ha establecido como una de las bandas de rock psicodélico de la ciudad con mayor prestigio y aunque durante su presentación les desfavoreció la mezcla de audio, incluso presentando cortes en los inicios de su set, la energía de los músicos prevaleció como inspiración para el publico que estaba preparándose para el acto principal.
Doom City fue la primer canción del set de King Gizzard And The Lizard Wizard, una canción que habla de lo que es vivir en una ciudad contaminada. Proveniente del disco “Flying Microtonal Banana” esta canción ha acompañado el set de la banda en los últimos años.
Luego sonó Honey, del disco “Demos, Vol. 2: Music to Eat Bananas To” y no por coincidencia, Stu se tomo la libertad de comer un plátano a media canción, mientras Ambrose Kenny-Smith cargaba la batuta de la melodía con su armónica y sintetizadores.
La banda llevo sus visuales a otro nivel desde que inicio Automation, proyectando un túnel de reflejos de sí mismos en circuito cerrado directo, y luego cambiando a pantallas con estática complementadas con luces estroboscópicas.
La energía continuó elevándose cuando interpretaron Supreme Asendency y O.N.E. del álbum “L.W.”. La primera es una canción con tintes políticos que habla de los abusos del poder, fue cantada por Kenny- Smith y sin duda fue uno de los momentos mas emotivos del set.
“This next one is about fire” dijo Michael Cavanagh antes de iniciar un inverosímil solo de batería de un minuto para darle pie a la canción Self-Immolate y proyectar visuales relacionadas con fuego y lava, para luego enlazarla con Organ Farmer; ambas canciones provenientes del álbum de estudio “Infest the Rats’ Nest” en el cual experimentaron con sonidos de stoner rock y trash metal.
Algo que caracteriza a King Gizzard And The Lizard Wizard en sus presentaciones en vivo además de conjugar y mezclar sus canciones, es su inclinación por improvisar o “jammear” como se le conoce también, agregando esa cualidad única a cada una de sus presentaciones, ya que muchos de los arreglos o progresiones que toquen, posiblemente no las volverán a tocar de la misma manera.
Y a partir de que tocaron Superbug, prácticamente el resto de su set se convirtió en un gran Jam de sus canciones mas experimentales.
La mezcolanza comenzó con la canción que mas gustó de “Omnium Gatherum”, Magenta Mountain, la cual a pesar de haber sido lanzada hace menos de un mes, ya era conocida por casi todo el publico.
Luego la mezclaron con Tezeta, una de las canciones mas interesantes del set, del álbum “Sketches of Brunswick East”, una colaboración con el proyecto de jazz psicodélico Mild High Club de Alex Brettin, que fue lanzado el 18 de agosto de 2017, año en el que King Gizzard sacó 5 álbumes de estudio.
En esta canción la banda mira al Ethio-jazz improvisado con un sonido distintivo dada su fusión de flautas, vibráfonos, y sintetizadores. Esta pieza recordó al publico que por más que en las presentaciones en vivo la banda tienda a irse por sus sonidos mas pesados, también cuenta con una amplia gama de repertorio de géneros contrastantes entre sí.
Luego procedieron con Garden Goblin y Persistence, otras dos canciones de “Omnium Gatherum”, en las cuales la banda se permitió explayarse en su sonido actual, saturando con delays y poliritmos los múltiples solos instrumentales que cada miembro de la banda compartió.
Para luego interpretar un Jam de mas de diez minutos de la canción Boogieman Sam de su disco “Fishing For Fishies”.
Y justo cuando creíamos que la experiencia semi-improvisacional no iba a escalar más su intensidad, la banda cerró el set con la canción The Dripping Tip, el primer track de “Omnium Gatherum” y su canción mas larga hasta la fecha, con una duración de 18 minutos en la versión de estudio.
Sin duda la audiencia del Showcenter quedó pasmada y estremecida con la experiencia que fue presenciar a King Gizzard And The Lizard Wizard en vivo.
Una presentación que perdurará en las memorias de los regios, quienes seguramente volverán a verlos cuando el conjunto psicodélico regrese a la ciudad de las montañas.
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