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Álvaro García

Cuando Pink Floyd puso a cantar al perro de un famoso rockero

Cuando Pink Floyd pasaba por una etapa experimental en 1971, tuvieron la extraña de idea de que un perro participara en una canción. Alrededor de Pink Floyd hay un sinfín de historias y anécdotas que quedaron para la posteridad, algunas de ellas bastante chuscas y extrañas y una de ellas es protagonizada por un par … Leer más

David Gilmour, Meddle, Nick Mason, Pink Floyd, Richard Wright, Roger Waters

Cuando Pink Floyd pasaba por una etapa experimental en 1971, tuvieron la extraña de idea de que un perro participara en una canción.

Alrededor de Pink Floyd hay un sinfín de historias y anécdotas que quedaron para la posteridad, algunas de ellas bastante chuscas y extrañas y una de ellas es protagonizada por un par de perros.

Esto ocurrió entre enero y agosto de 1971, cuando el cuarteto británico se encontraba grabando el disco “Meddle”, su sexto álbum de estudio.

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Durante ese tiempo Pink Floyd se encontraba aún en una etapa de experimentación, ya habían dejado atrás la psicodelia y se encontraban explorando diversas ideas musicales como la experimentación con sonidos en el estudio de grabación (“UMMAGUMMA”, 1969) y la música clásica (“Atom Heart Mother”, 1970).

Para el álbum “Meddle” prepararon varias ideas, la más ambiciosa fue la extensa y exquisita canción llamada “Echoes”.

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Y también surgió una extraña idea: poner a cantar (aullar) a un perro, dentro de una canción de blues.

Para ello recurrieron a la mascota de un viejo amigo de la banda: Steve Marriott, guitarrista de Humble Pie.

Este guitarrista le había encargado a David Gilmour que le cuidara su perro llamado “Seamus” y de ahí David tomó la idea de volverlo “cantante” de Pink Floyd.

La banda grabó una breve canción a ritmo de blues, cantada por Gilmour y tuvo como “corista” a “Seamus”, quien aulla y ladra lastimeramente al ritmo de las notas bluseras.

Hay que decirlo, “Seamus” no es para nada una de las mejores canciones de Pink Floyd, pero vaya que es una buena “puntada” que le sirvió a la banda para experimentar con sonidos de animales, como lo harían más adelante en “Animals” y “The Wall”.

Pero la cosa no quedó ahí, llevaron la experiencia a un en vivo. Y es que interpretaron esta canción en el legendario “Live at Pompeii”, documento audiovisual filmado en las ruinas de esa antigua ciudad romana destrozada por la erupción del volcán Vesubio en el año 79 de nuestra era.

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Sin embargo, en esta ocasión no contaron con la participación de “Seamus”, sino de una perra de raza Borzoi, llamada “Nobs”, cuya ama era Madonna Bouglione, directora artística de circos, e hija de Joseph Bouglione, quien se dedicaba al mismo rubro.

En este caso se varió un poco la música y se omitió la letra, por ello la canción fue llamada “Mademoiselle Nobs”.

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