El tercer disco de The Doors es uno de los más exitosos de su carrera y contiene varias joyitas.
El inicio de la carrera de The Doors se dio de manera explosiva, ya que tras 2 años de picar piedra obtuvieron el éxito de manera explosiva con la publicación de 2 discos en 1967: “The Doors” y “Strange days”.
Al llegar el icónico año 1968, la banda de Jim Morrison, Ray Manzarek, John Densmore y Robby Krieger comenzó a entrar de lleno en un proceso de “resaca” y de decadencia a nivel grupo.
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No era para menos, ya que al terminar 1967 ya eran un grupo famoso, exitoso, criticado y controversial, sin olvidar que los excesos se hicieron constantes.
En este ambiente de tensiones, el cuarteto se metió al estudio de grabación en febrero de 1968 sin tener una línea clara respecto a qué hacer.
Ya que la idea principal de Morrison era grabar el poema “The Celebration of the Lizard”, con la musicalización ejecutada por el resto del grupo, para que abarcara todo un lado del disco y completar la obra con un puñado de canciones, lo cual no era muy bien visto por Ray, John y Robby ni por el productor Paul Rotchild.
Finalmente se decidió que una parte del poema quedara como canción, se trata de “Not to Touch the earth” y comenzaron a trabajar en otras canciones que ya habían creado hace tiempo, así como en algunas nuevas.
El comportamiento errático de Jim, producido por sus adicciones, se volvió un problema generador de conflictos, pero la banda supo superar esto y en mayo del año mencionado se terminaron las labores de grabación.
El resultado fue un disco integrado por 11 canciones, en las que se aprecia un sonido distinto al de los álbumes anteriores.
Para muchos fue un disco superficial que buscaba el éxito comercial, para otros fue un trabajo con el que lograron dar un paso adelante al evolucionar su sonido.
Lo que es innegable es que Waiting for the sun se convirtió en un éxito de ventas y confirmó el éxito de la banda, tras lo cual vendrían algunos momentos para el grupo.
Las canciones de “Waiting for the sun”
El disco abre con “Hello, I love you”, la canción que más impacto comercial generó, la cual se colocó en los primeros lugares de popularidad.
“Love street” es una balada que posee una belleza particular, en la que Jim habla sobre su novia Pam.
En “Not to Touch the Earth” se percibe un dejo del sonido psicodélico de los primeros 2 discos, con ciertos aires de misticismo.
Ray Manzarek logra uno de sus mejores trabajos en “Summer’s Almost Gone”, canción lenta que llama la atención por su espíritu melancólico.
“Wintertime Love” es una canción corta (no alcanza los 2 minutos) y en ella se aprecia el cambio de teclado de Manzarek. Tal vez es uno de los puntos más bajos de “Waiting for the sun”.
“The Unknown Soldier” es uno de los clásicos de The Doors. Canción antibélica que se volvió una infaltable en los conciertos de Morrison y compañía, ya que la banda montaba todo un performance con ella.
Robby Krieger demostró con “Spanish Caravan” que era un guitarrista de época. Del flamenco se brinca al rock de manera alucinante.
“My Wild Love” es una canción en la que se plasma el interés de Jim por las culturas nativo americanas, a través de cánticos y aplusos.
“We Could Be So Good Together” es una de las canciones más menos preciadas del catálogo de The Doors, pero posee la fuerza y alma de las primeras composiciones del grupo y hay que destacar también el solo de guitarra de Krieger.
“Yes, The River Knows” es una canción relajante, en la que el grupo explora su lado jazzístico.
“Five to One” es otro clásico de clásicos de The Doors. Rockera, intensa, caótica, la cual también se convirtió en una constante en las presentaciones de Morrison, Manzarek, Krieger y Densmore.