Coldplay llenó el Estadio BBVA y dio un concierto en el que las emociones estuvieron presentes en todo momento.
Ayer el Estadio BBVA comenzó a llenarse de gente desde la tarde, con un sinfín de filas tanto en tráfico como en las puertas del recinto. Con una audiencia cada vez mayor que se unía por la única otra razón que podría llenar un estadio de fútbol de éste calibre: un concierto y qué concierto, se trata de la presentación de Coldplay.
Con una trayectoria con más de 20 años, no es sorpresa que Coldplay haya logrado reunir a tanta gente del estado (y de otras ciudades) bajo la promesa de un concierto inolvidable y también de una experiencia musical nueva con su propuesta de shows sustentables.
Después de un gran acto por parte de Carla Morrison, quien dejó al público regio ansioso por más música, llegó el momento de esperar al acto principal.
Con un estadio lleno, piso instalado para proteger el césped, unas bicicletas que generaban electricidad en diferentes secciones de la pista e imágenes en pantalla recordándonos que debemos cuidar el planeta, la espera y la tensión se hacían cada vez más presentes.
Cuando las luces del recinto se apagaron, las pulseras entregadas al público al ingreso del concierto se encendieran de diversos colores, dando la sensación que estábamos en medio de una galaxia. Y eso no estuvo lejos de la realidad.
La banda, el público y el Estadio BBVA explotaron en unísono cuando Coldplay salió al escenario interpretando Higher Power, una canción perfecta para que la banda diera bienvenida al concierto a todos los presentes.
El show de luces, los coros de la gente y la energía de la banda fueron caminando mano a mano en todo momento en Adventure of a Lifetime y Paradise, otro clásico de la banda que deleita los oídos de los fans desde hace años.
Poco después, la banda soltó uno de sus primeros clásicos de antaño, The Scientist, la cual sonó con Chris Martin junto a su piano, para que los sentimientos de amor y nostalgia inundaran los ojos y cuerdas vocales de todos los espectadores.
Viva la vida, Clocks, Human Heart y más clásicos de la banda se hicieron presentes siendo inmediatamente reconocidos por toda la audiencia presente.
“Nos da mucho gusto poder estar en Monterrey, Nuevo León. Nos encanta tocar en México, cantan muy bonito”, exclamó el vocalista de la banda con un español un poco cortado, pero lleno de amor en su voz.
En varias de las canciones pudimos ver a una marioneta perfectamente caracterizada acompañando a la banda en el escenario, para poder darnos un giro de humor en el concierto.
El estadio explotó en gritos y se iluminó como si estuviéramos en el espacio sideral al momento de que el grupo empezó a interpretar My Universe, canción que se grabó en conjunto de BTS.
You, you are my universe retumbó como una bola demoledora en los oídos de todos mientras se sentía la energía del público y el estadio daba un espectáculo de luces que estamos seguros ninguno de los presentes olvidará.
A Sky Full of Stars inició sus primeras notas e inmediatamente fue interrumpida por la banda, cuando Chris lanzó este mensaje: “quiero pedirles que cantemos ésta canción juntos, si es posible quisiera pedirles que guardaran sus celulares. Nada de teléfonos, solo quiero escucharlos cantar y verlos saltar para disfrutar el momento”.
Sorprendentemente la audiencia no hizo protesta y durante el inicio de la canción no vimos celulares mientras se vivía una atmósfera llena de amor a la música y el éxtasis de estar viendo a Coldplay en vivo.
La banda llegó al final de la pasarela y hablaron sobre la muerte de Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighter. Comentaron que minutos antes de iniciar el show se enteraron del desafortunado deceso y sin mucho más que decir la banda tocó acústicamente Everglow, una canción hermosa que no habían tocado desde 2017, con la cual le rindieron triburo al baterista.
Los sentimientos se dejaron fluir más cuando la banda comenzó a cantar Fix You, otra canción que los fans tanto viejos cómo nuevos de la banda cantaron como si no hubiera un mañana.
La noche llego a su fin con Biutyful, una canción de su reciente producción y actual gira Music of the Spheres, dando fin a esta noche y haciéndonos recordar porqué Coldplay es la enorme banda que es.
Los shows de rock son conocidos normalmente por ser fuertes, llenos de música rápida y una producción que hace que la gente suelte su lado más salvaje. Pero hay bandas que nos demuestran que hay mucho más que eso, hay grupos que nos enseñan que una gran producción, música romántica y un show lleno de sentimientos también es parte del rock and roll.
Hay bandas como Coldplay que son el otro lado del espectro, que no buscan sacar la adrenalina con ganas de gritar todos nuestros problemas, sino haciéndonos saltar y permitirnos sentir todas nuestras emociones acompañadas de música y un show de luces impresionante.
La noche de ayer la banda tuvo su regreso triunfal a Monterrey, demostrándonos una y otra vez porqué fueron, son y seguirán siendo una de las bandas con mayor impacto que hemos visto.
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