Mercyful Fate brindó un show impactante en el Monterrey Metal Fest.
Por Chili Pérez
La legendaria banda danesa Mercyful Fate está de regreso y tuvimos la fortuna de tenerlos en el Monterrey Metal Fest.
Mercyful Fate es sin duda una de las bandas más emblemáticas del metal de la vieja escuela, al incorporar elementos de la música clásica con el heavy metal y establecer una imagen oscura y sobrenatural entre sus miembros, especialmente su frontman King Diamond.
Es una banda que supo construir este halo de misticismo que se convertiría en un recurso artístico común para las bandas del metal y el rock extremo.
Sus exquisitas composiciones aunadas a la única y característica voz de Diamond han sido un legado para generaciones de metaleros alrededor del mundo.
Lamentablemente esta banda tendría una separación temprana en el año de 1985 para tener retornos intermitentes a través de las décadas, lo cual ha dejado a legiones de fans alrededor del mundo esperando con ansia de verlos alguna vez.
Así, la noche del 6 de diciembre en el Monterrey Metal Fest el sueño se hizo realidad para miles de fanáticos y tuvimos el placer de ser testigos de un concierto que quedará grabado en la historia de nuestra ciudad.
Tras las actuaciones de Stryper y Behemoth, la audiencia estaba lista para recibir a Mercyful Fate. Cayó el telón (literalmente) y pudimos ver un hermoso escenario que aluce al púlpito de alguna catedral maldita y mientras la música suena a ritmo de The Oath, su majestad King Diamond ataviado en una indumentaria blasfema de Baphomet lanza su primer agudo que era sólo el aviso de la magistralidad que estaríamos por atestiguar.
Es simplemente impresionante ver a una banda como Mercyful Fate que a pesar de los años, las separaciones y demás, nos entrega una actuación que sobrepasa las expectativas, pues su desempeño es tal como lo hubiéramos imaginado décadas atrás.
Las guitarras de magistrales de Hank Shermann y la exquisita e inconfundible voz de Diamond pusieron al público a rockear y desgarrarse la garganta tratando de imitar los infernales contratenores y falsetes malditos del Rey, quien tras la primera canción cambió de atuendo para ataviarse en con una corona negra que asemeja a una mitra maldita.
La incorporación de Becky Baldwin en el bajo fue una exquisitez que encantó al público, pues la Diosa inglesa no sólo trajo una imagen fresca a la banda sino que cumplió cabalmente con su rol y fue deleite del público tanto visual como musicalmente.
Mercyful Fate cumplió con creces y tras el místico y esperado concierto, nos dejó creyendo en ese Misericordioso destino.
Set list:
– The Oath
- Corpse Without Soul
– A Dangerous Meeting
– Evil
- Come to the Sabbath
– Satan’s Fall
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