Por más de 20 años estuvo vivo un lugar sui generis en el que se respiraba el rock: el Mariscos Monterrey.
La actividad rockera en Monterrey se ha concentrado principalmente en el centro de la ciudad, específicamente en la zona de antros del Barrio Antiguo, sin embargo hace tiempo hubo una opción que no estaba en esa área, se trata del Mariscos Monterrey.
En la calle Guerrero, entre Aramberri y Ruperto Martínez, en frente del Mercado Juárez, entre hierberías, cantinas populares, restaurantes y hasta una tienda de animales, se hallaba este espacio bastante particular.
Su origen se remonta a muchas décadas atrás, cuando este lugar era precisamente un restaurante de pescados y mariscos, pero fue en 1995 cuando se le dio un giro al incluir el rock como uno de sus elementos esenciales.
Así, podías ir a este lugar y disfrutar de una buena comida o cena, mientras en la rocola sonaba Led Zeppelin, The Doors o Janis Joplin, o bien una banda local interpretaba esos éxitos rockeros o temas propios.
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Era en verdad una guarida rockera y su estandarte era el mural que estaba colocado en el muro del escenario: en la barra de un bar aparecía una pléyade de estrellas del rock de todos los tiempos, obra del artista Salvador “Chava” González.
Con el paso del tiempo, el escenario del Mariscos Monterrey comenzó a recibir a artistas nacionales a los que no se les dio oportunidad en nigún otro venue regiomontano, tales como Real de Catorce, Tex Tex, Javier Bátiz, Charly Montana, entre otros.
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Era un lugar de reunión de clubes de fans de determinados artistas, de trabajadores de la zona centro de la ciudad que buscaban una cerveza (o varias) para descansar tras una semana ajetreada, o simplemente personas que iban tras una hamburguesa o cualquier otro platillo para calmar el hambre.
Podías ver lo mismo a un fan de Caifanes o Héroes del Silencio, que un punketo, un hippie, un trovador, un seguidor del glam o un amante del rock urbano: era una verdadera miscelánea rockera.
Este restaurante bar enfrentó la crisis de inseguridad, los problemas económicos y la cambiante escena rockera de Monterrey, hasta que en 2016 tuvieron que cerrar el lugar.
Hoy en día la oferta de lugares rockeros en Monterrey ha cambiado y a pesar de eso se sigue extrañando el Mariscos Monterrey, el lugar en el que se “vivía el rock”.
Aun sigo contando con mucha nostalgia este emblemático lugar… se extraña chingos.